Conflicto armado Perú-Ecuador de 1941
El conflicto armado Perú-Ecuador de 1941, llamado por los peruanos Campaña Militar del Norte y del Nororiente de 1941 y llamado por los ecuatorianos Guerra del 41, fue un conflicto armado, porque no hubo declaración oficial de guerra entre los países beligerantes Perú y Ecuador. Comienza el 5 de julio de 1941 y termina el 12 de febrero de 1942 con la desocupación, hecha por las tropas peruanas, de la provincia ecuatoriana de "El Oro". El problema de límites fue resuelto el 29 de enero de 1942 con la firma del Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro.
Ecuador acusó al Perú de haber invadido su territorio sin embargo Perú rechazó la acusación ecuatoriana afirmando que Ecuador fue el que origino el conflicto al haber iniciado el adelanto de sus guarniciones, violando de esta manera el Statu Quo de 1936, y que la entrada de sus tropas en territorio ecuatoriano no fue invasión sino una acción de represalia reconocida en el derecho internacional ya que esta tuvo como objetivo obligar a Ecuador manu militari a respetar los derechos del Perú sobre las provincias de Tumbes, Jaén y Maynas, los cuales jurídicamente están respaldados por la Real Cédula del 15 de julio de 1802, el Uti Possidetis Juris de 1810 y el principio de la libre determinación de los pueblos (en el caso de la provincia de Jaén de Bracamoros que por este principio, desde su independencia, decidió ser parte del Perú) y que Ecuador se negaba a reconocer.
Durante este conflicto las fuerzas armadas peruanas ocuparon militarmente las siguientes provincias (cantones) ecuatorianas:
- Costa: Provincia de El Oro y Puerto Bolívar ejerciendo el Perú un bloqueo marítimo sobre la ciudad de Guayaquil el principal puerto comercial y base naval del Ecuador.
- Sierra: Una parte menor de la Provincia de Loja y de Zamora-Chinchipe.
En la Selva las fuerzas armadas del Perú reivindicaron para el Perú: Sucumbios, Napo y Pastaza en las partes que corresponden a la antigua Gobernación de Quijos que, según la Real Cédula del 15 de julio de 1802, pasó al Virreinato del Perú y que Ecuador usurpó en 1882 aprovechando que Perú enfrentaba a Chile en la guerra del guano y del salitre de 1879.
Las fuerzas armadas peruanas gobernaron y restablecieron el orden, así como las actividades comerciales y de telecomunicaciones, en los territorios ocupados por estas.
Antecedentes
Históricos
La frontera entre Perú y Ecuador ha sido desde 1840 una zona de tensión aunque muchos años antes, entre 1828 y 1829, ocurrió una guerra entre el Perú y la Gran Colombia causada por el interés de Bolívar por la posesión de las provincias peruanas de Tumbes, Jaén y Maynas, esta guerra acabó sin que Bolívar pudiera alcanzar su objetivo de anexar para la Gran Colombia los territorios peruanos que pretendía habiendo quedado la frontera en Statu quo ante bellum.
En mayo de 1830 se disuelve la Gran Colombia desmembrándose en tres países: Ecuador, Colombia y Venezuela. De estos tres países Ecuador y Colombia limitaron con el Perú y en consecuencia Perú tuvo que enfrentar problemas limítrofes con ellos.
Debido a que la Real Cédula de 1802 dispuso la reintegración de los obispados de Maynas y Quijos al Virreinato del Perú separándolos de la Real Audiencia de Quito, Ecuador en 1840, diez años después de la disolución de la Gran Colombia, presentaría un desacuerdo de límites con el Perú, siendo su disconformidad con la Real Cédula de 1802 el motivo pretextado por Ecuador para dar comienzo a un largo conflicto fronterizo con el Perú.
Pero Ecuador no solo tendría disputas con el Perú, sino que también las tendría con Colombia que era el otro país con ávido interés en la amazonia.
El surgimiento de Ecuador
Ecuador surge como estado independiente el 13 de mayo de 1830 luego de la disolución de la Gran Colombia, formándose sobre la base de los territorios de la antigua Audiencia de Quito, más Guayaquil. Ecuador el 23 de septiembre de 1830 adopta una constitución política, según la cual comprendía las provincias de Azuay, Guayas y Quito, con una superficie de 159,876 km2 de territorio costeño y de sierra solamente, no habiendo hecho reclamos sobre Tumbes, Jaén y Maynas, que pertenecían al Perú sobre la base del principio del Uti Possidetis y de la libre determinación de los pueblos.[1]
El Tratado Pando-Noboa
El primer tratado celebrado entre el Perú y Ecuador fue el Tratado Pando-Noboa, suscrito el 12 de julio de 1832, en Lima y con el título de "Amistad, Alianza y Comercio", por el ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores del Perú, José María Pando, y el ministro plenipotenciario de Ecuador, Diego Noboa (mas tarde presidente de Ecuador). En el Tratado de Amistad se disponía que mientras se celebra un convenio sobre arreglo de límites, se reconocerán y aceptarán los actuales, es decir se reconocían y se respetaban los límites vigentes entre ambas naciones, según el statu quo de 1829.[2]
La guerra peruano-ecuatoriana de 1857-1860
Durante 1857 Ecuador intentó saldar una deuda que tenia con sus acreedores ingleses otorgándoles territorios peruanos en la Amazonía, ubicados en la zona de los ríos Pastaza y Bobonaza. Ante ello, el ministro plenipotenciario peruano en Quito, señor Juan C. Cavero, protestó firmemente ante el gobierno ecuatoriano. Gobernaba en el Perú, en aquel tiempo, el mariscal Ramón Castilla. El Ecuador se negó a anular el convenio con los británicos, produciéndose, en consecuencia, el rompimiento de las relaciones diplomáticas peruano-ecuatorianas.[3] Por la ley del 26 de octubre de 1858 el Congreso peruano autorizó al gobierno a emplear toda medida, inclusive la guerra, para obtener satisfacciones por parte del Ecuador. En virtud de dicha autorización, Castilla ordenó el bloqueo de toda la costa ecuatoriana. Una escuadra de la Marina de Guerra del Perú, al mando del vicealmirante Ignacio Mariátegui y Tellería, bloqueó el puerto de Guayaquil y obligó al jefe de dicha plaza, general Guillermo Franco Herrera a firmar un armisticio. Castilla decretó entonces el fin del bloqueo de la costa ecuatoriana.[4] Todas estas medidas tomadas por el Perú tenían como condición el arreglo de la cuestión pendiente. Al no producirse dicho arreglo salió del Callao la expedición peruana, de 15 buques y 6,000 soldados, al mando del mismo Castilla, y asumió el poder el vicepresidente, señor Del Mar (26 de setiembre). Las tropas peruanas desembarcaron en las inmediaciones de Guayaquil y se posesionaron de las alturas de Mapasingue, al sur de dicho puerto (25 de noviembre de 1859). Castilla tenía como objetivo entablar negociaciones con el gobierno ecuatoriano para solucionar de una vez el conflicto, pero se halló ante el inconveniente de que en el Ecuador se había desatado la guerra civil y la anarquía, habiéndose establecido en dicho país hasta cuatro gobiernos provisorios, que se disputaban el poder. El presidente peruano se entendió con la facción ecuatoriana más importante, la que encabezaba el general Guillermo Franco, que había establecido un gobierno de facto en Guayaquil y dominaba gran parte de la costa. Castilla solicitó a Franco que se le dieran cuarteles en la misma Guayaquil, pedido que le fue concedido, en la parte norte de la ciudad. Fue así como el ejército peruano entró en Guayaquil, el 7 de enero de 1860. Luego, los representantes de Castilla y Franco firmaron el Tratado de Mapasingue, el 25 de enero, en la localidad del mismo nombre. Bajo los términos de este tratado, el Ecuador declaró nula la venta de territorios peruanos a los acreedores británicos, reconoció la validez de la Real Cédula de 1802 y el uti possidetis de 1810 y convino en demarcar sus límites, comprometiéndose a integrar una comisión bipartita con el Perú. Luego de firmado el tratado, las fuerzas armadas peruanas abandonaron Ecuador y regresaron al Perú. Así culminó esta guerra, en la que no hubo grandes encuentros bélicos, ya que al Perú solo le bastó desplegar su poderío para obtener las satisfacciones de parte de Ecuador.[5] Sin embargo, a menos de dos años de la firma de este tratado, el general Franco fue derrotado por el general Juan José Flores, al servicio del presidente Gabriel García Moreno (con sede en Quito), y el gobierno ecuatoriano procedió a desaprobar el tratado, ratificando solo lo concerniente a la derogación del convenio con los británicos (1860). Por su parte, el Congreso peruano, ya en el gobierno de Miguel de San Román, también desaprobó el tratado (1863).[6]
Avance ecuatoriano sobre Tumbes es rechazado
El 17 de junio de 1882 el coronel ecuatoriano Levón, aprovechando que Perú enfrentaba a Chile en la guerra del guano y del salitre, cruzó el río Zarumilla y en el sitio denominado bosques de La Condesa, enfrenta a los soldados peruanos del gobernador político y militar de Tumbes, don Jacinto Seminario Fernández, quien, con sus hombres, consiguió repeler el avance ecuatoriano, quedando sin embargo gravemente herido e inválido por el resto de su vida. >>>>>
La Convención Arbitral de 1887
En 1887, Ecuador revivió su plan de 1857 de ceder como pago a sus acreedores británicos grandes extensiones de tierras en la Amazonía peruana. La diplomacia peruana logró detener este proyecto y firmó con los representantes ecuatorianos, el 1 de agosto de ese mismo año, un convenio por el cual la cuestión de límites fue sometida al arbitraje del Rey de España.[7]
El Tratado García-Herrera
En 1889, el comisionado especial del Perú en España, Dr. José Pardo y Barreda, presentó al Rey de España el Alegato del Perú, notable estudio jurídico de la cuestión que desde entonces fue el baluarte de la defensa peruana en ese pleito de límites. Pero representantes del gobierno peruano de Andrés A. Cáceres quisieron resolver de manera directa el asunto y suscribieron con el gobierno ecuatoriano en Quito el Tratado García-Herrera, llamado así porque lo suscribieron Arturo García (peruano) y Pablo Herrera (ecuatoriano), el 2 de mayo de 1890, por el cual el Perú conservaba Tumbes y Jaén, pero cedía una gran parte de Maynas al Ecuador. El Congreso ecuatoriano se apresuró a aprobar dicho tratado, pero el Congreso peruano, bajo presión de los representantes amazónicos, no quiso aprobarlo a menos que se hagan modificaciones en la línea trazada. Ecuador no aceptó ninguna revisión del Tratado, mientras que el Congreso peruano se mantuvo inflexible en su posición. El Tratado fue finalmente declarado insubsistente por Ecuador.[8]
Los incidentes de Angoteros y de Torres Causana
Al iniciarse el siglo XX, sucedieron incidentes en la frontera, debido a la persistencia de Ecuador en querer ocupar territorios peruanos. El 26 de junio de 1903 ocurrieron choques armados en Angoteros, en la zona del río Napo, originados por el avance de un destacamento ecuatoriano en territorio peruano, el cual fue rechazado por las tropas peruanas al mando del Capitán EP Juan Chávez Valdivia. Este incidente revivió la necesidad de llegar a un acuerdo, por lo que, el 16 de febrero de 1904, ambas partes acordaron continuar el juicio arbitral ante el Rey de España. Otro incidente armado ocurrió poco después, esta vez en Torres Causana, el 28 de julio de 1904, donde una vez más los peruanos rechazaron un avance ecuatoriano sobre su territorio.[9]
El arbitraje frustrado del Rey de España
La tensión más grave estalló en 1910, cuando el Ecuador, gobernado entonces por el presidente ecuatoriano Eloy Alfaro, se negó a aceptar el laudo arbitral del rey de España Alfonso XIII, que aún no se emitía, pero cuyo contenido, debido a una infidencia, se llegó a conocer. Creyendo erróneamente Ecuador que este fallo era contrario a sus intereses, la prensa ecuatoriana inició una violenta campaña para desprestigiar dicho arbitraje. El 3 y 4 de abril de 1910 hubo graves atropellos contra las legaciones peruanas en Quito y Guayaquil. Alfaro movilizó a su país al grito de Tumbes-Marañón o la Guerra, mientras que el presidente peruano Augusto B. Leguía decretó también la movilización de su ejército y puso en pie de guerra a 23,000 hombres, pero la intervención de Estados Unidos, Brasil y Argentina evitó el estallido de la guerra (22 de mayo de 1910). Ante la actitud ecuatoriana, el rey de España se inhibió a pronunciar sentencia, por lo que el problema limítrofe quedó pendiente.[10]
El Tratado de límites Salomón-Lozano
En 1922 se firma el Tratado de límites Salomón-Lozano entre Perú y Colombia quedando definitivamente delimitada la frontera entre ambos países, pero Ecuador no vio con agrado dicho tratado porque consideraba que lesionaba sus pretensiones de acceso soberano al río Amazonas.
El Protocolo Castro Oyanguren-Ponce
Habiendo fracasado, por la intemperancia ecuatoriana, el intento de solucionar el litigio limítrofe peruano-ecuatoriano a través del arbitraje del rey de España, el Perú quiso llevar el asunto al Tribunal de la Haya, a lo que Ecuador se negó, pues su pretensión era entrar en arreglos directos. Ambas posiciones parecían insalvables, pero el Perú, demostrando la mejor disposición, envió a Quito sucesivamente a sus mejores diplomáticos: Víctor M. Maúrtua, Alberto Bresciani y Enrique Castro Oyanguren para gestionar un nuevo procedimiento arbitral más eficaz. Finalmente, el 21 de junio de 1924, Castro Oyanguren y el canciller ecuatoriano Alejandro Ponce Borja, suscribieron el Protocolo Castro Oyanguren-Ponce, que establecía una fórmula mixta al contencioso de límites: combinar el arbitraje internacional con la negociación directa paralela. Resolvieron que ambos gobiernos enviasen a Washington D.C. sus respectivas delegaciones para discutir allí el litigio y lo que no lograsen ponerse de acuerdo sería sometido al arbitraje del Presidente de los Estados Unidos.
El Acta de Lima
El 6 de julio de 1936 se firma el Acta de Lima en la que ambas partes fijaron una "línea de statu quo" en calidad de frontera provisional mutuamente reconocida, tomando como base los territorios que de facto poseía cada país. Dentro de dicha línea provisional, en la zona correspondiente al actual departamento peruano de Amazonas, se fijaba, como frontera natural, la Cordillera del Cóndor.
Las Conferencias de Washington
En 1936 se realizan las llamadas Conferencias de Washington en las cuales la fórmula de negociación establecida en el Protocolo Castro Oyanguren-Ponce empezó a implementarse,[11] pero estas fracasaron en 1937 debido a que el Ecuador intentó basar sus pretensiones en una falsa interpretación del Tratado Larrea-Gual de 1829, en el pseudo Protocolo Pedemonte-Mosquera y en una peculiar interpretación del uti possidetis de 1810. Poco después, los ecuatorianos realizarían acciones violatorias del statu quo de 1936.[12]
Inmediatos
Entre los antecedentes inmediatos está la violación del Statu Quo de 1936 hecha por el ejército ecuatoriano al realizar este una serie de incursiones en la región amazónica que Ecuador pretendía como suya. Ante estas incursiones, el Perú, como respuesta, estableció una línea nutrida de puestos fronterizos, produciéndose roces y escaramuzas entre las patrullas militares de ambos países.
Los ecuatorianos habían realizado incursiones e incluso ocupado territorio peruano en la provincia de Zarumilla y ante estos hechos, el gobierno del Perú, presidido por el Dr. Manuel Prado Ugarteche, el 11 de enero de 1941 ordenó la formación del Agrupamiento del Norte que tendría a su cargo el Teatro de operaciones del Norte.
Situación de las Fuerzas Armadas de los países beligerantes
Ecuador
De acuerdo con lo afirmado por el Coronel EE Luís A. Rodriguez S. las fuerzas ecuatorianas a disposición del Comando del Ejército de Frontera en El Oro (Ecuador), jefaturado por el Teniente Coronel EE Octavio A. Ochoa, después de los incidentes del 5 y 6 de julio eran las siguientes:
- Fuerzas dispuestas a lo largo del río Zarumilla: 3 oficiales superiores, 33 oficiales, y 743 hombres, organizados de la siguiente manera:
- Batallón de Infantería Nº 11 "Cayambe": 2 oficiales superiores, 22 oficiales, 490 soldados.
- Batallón de Infantería Nº 12 "Montecristi": 1 oficial superior, 11 oficiales, 253 soldados.
- Fuerzas dispuestas en las cercanías: 4 oficiales superiores, 3 oficiales, 28 soldados, 93 voluntarios y 500 carabineros (fuerza policial de carácter paramilitar), organizados de la siguiente manera:
- En Arenillas: 2 Oficiales superiores, 3 oficiales, 14 soldados.
- En Santa Rosa: 2 Oficiales superiores, 1 oficial, 18 soldados además de los 93 voluntarios y los 500 policías del Batallón de Carabineros Guayaquil Nº 1 (fuerza auxiliar de carácter paramilitar).[13]
La Comandancia General de las fuerzas ecuatorianas se ubicó en Huaquillas, lugar donde estaba el Ministro de Defensa y Comandante Superior del Ejército, Coronel EE Francisco Urrutia Suárez, y hasta el 15 de julio de 1941 Ecuador tenía el dispositivo y efectivo aproximado siguiente:
- Para la vigilancia fronteriza, cubriendo el frente, en el sector Hualtaco-Huaquillas-Chacras-Quebrada Seca-Quebrada del Faical-Quebrada de Cazaderos, se distribuyeron las siguientes unidades:
- Batallón de Infantería Nº 11 Cayambe al mando del Mayor EE Luis A. Rosero, con 500 soldados.
- Batallón de Infantería Nº 12 Montecristi al mando del Mayor EE Félix Vega Dávila, con 500 hombres.
- Grupo de Artillería Nº 4 Mariscal Sucre (1 batería) con 100 hombres.
- Batallón de Ingenieros Nº 3 General Córdova (-) con 200 hombres.
- En Chacras:
- Batallón de Infantería Nº 10 Carchi (-) con 50 hombres.
- Repartido a lo largo del frente:
- Batallón de Carabineros Machala Nº 3 al mando Mayor Lutgardo Proaño, con 160 hombres.
Todas estas tropas, con sede de comando en Chacras, estaban al mando del Teniente Coronel EE Octavio A. Ochoa.
En el sector de Arenillas, a 19 kilómetros del frente, se encontraba el Cuartel General de la V Brigada la cual disponía de las siguientes fuerzas:
- Batallón de Infantería Nº 5 Guayas (-), con 100 hombres.
- Batallón de Infantería Nº 10 Carchi al mando del Coronel EE Jacinto Vélez, con 540 hombres.
- Batallón de Infantería Nº 16 Tulcán (-), al mando del Teniente Coronel EE Jorge A. Arias, con 100 hombres.
- Batallón de Ingenieros Nº 3 General Córdova (-), al mando del Teniente Coronel EE Jorge Maldonado T. con 200 hombres.
- Compañía Macheteros de Esmeraldas, con 100 hombres.
En el sector Santa Rosa, a 30 kilómetros del frente, se encontraban las siguientes unidades:
- Grupo de Artillería Nº 4 Mariscal Sucre, menos 1 batería, al mando del Teniente Coronel EE Alfonso Narváez, con 200 hombres.
- Batallón de Carabineros Guayaquil Nº 1, al mando del Teniente Coronel Alfredo Narváez con 500 hombres.
- Batallón de Carabineros Machala Nº 3 (-), con 400 hombres.
- 2 Batallones de Guardia Nacional de Guayaquil, Guardia Nacional de Pasaje, Machala y Santa Rosa: 400 hombres.
- Elementos de servicios, 300 hombres.
Para la defensa anti-aérea, tenían una sección de cañones Breda de 20 mm. en Chacras y otra en Huaquillas, más una sección en Arenillas y otra en Santa Rosa.
Los soldados tenían fusiles C.Z. Breno, de calibre 7 mm. 92. Los carabineros disponían de fusiles cortos Máuser, y fusiles largos. Las diversas unidades disponían de fusiles ametralladoras Z-B30. También disponían de material moderno checoslovaco. Como ametralladoras pesadas tenían de modelo Fiat y otras de modelo antiguo marca Vickers-Maxim. Sólo disponían de 6 cañones de montaña, marca Ansaldo, ya anticuados.[14]
El Cuerpo Aéreo Ecuatoriano contaba con:
- 3 aviones tipo Curtiss-Wright CW-19R Sparrow operativos, de los 10 que fueron comprados durante el primer gobierno de José María Velasco Ibarra (1934 - 1935).
- 2 Curtiss-Wright CW-14R Osprey que llegaron a Guayaquil a fines de julio de 1933.
- 7 Curtiss-Wright CW-16E Trainer, de los 8 que se compraron inicialmente y aproximadamente en 1935.
- 3 Alfa Romeo I.M.A.M. (Industrie Meccaniche Aeronautiche Meridionali's) Ro-37.bis biplanos biplazas de reconocimiento y ataque sobrevivientes del grupo de ocho que se adquirieron en 1938.
- 3 Boeing de la compañía Scadta.
- 1 Junker y
- 14 aviones de instrucción Fairchild que llegaron a Salinas, vía marítima y a principios de abril de 1941, procedentes de los Estados Unidos de América del Norte.
La Marina de Guerra del Ecuador tenía una Escuadra que estaba conformada por barcos que fueron acondicionados para el combate siendo estos:
- Buque Escuela BAE "Presidente Alfaro".
- Remolcador artillado BAE "Abdón Calderón".
- Aviso BAE "Atahualpa"
- Patrulleras: "Pinta", "Hualtaco" y "Gloria".
- 1 motovelero y
- 1 guardacostas.
En la provincia El Oro Ecuador movilizó 5,000 hombres, en Loja 3,000 y en Guayas 2,500. En la selva los ecuatorianos tenían los Batallones de Infantería: Ecuador Nº 13, Oriente Nº 14, Patria Nº 15 y un Grupo de Artillería que sumaban alrededor de 840 efectivos.
En el Teatro de Operaciones del Norte Ecuador tenía las siguientes fuerzas:
- IV Brigada Mixta (+) en la provincia del Guayas, reforzada con 2 Batallones de Infantería, 1 Grupo de Artillería, 1 Compañía de Transmisiones, 1 Batallón de Carabineros y Servicios.
- V Brigada de Cobertura, al mando del Coronel EE Luís A. Rodriguez S., reforzada con 4 Batallones de Infantería, 1 Grupo de Artillería, 1 Batallón de Ingenieros, 1 Compañía de Transmisiones, 1 Compañía de Armas Anti-Aéreas, 3 Batallones de Carabineros y Servicios.[15]
Perú
A causa de la acentuación de las tensiones en la frontera, presentada entre 1939 y 1940, el Presidente del Perú Manuel Prado Ugarteche autorizó en diciembre de 1940 la creación del Agrupamiento del Norte. En julio de 1941 esta Gran Unidad de Combate ya estaba lista para dar inicio a las operaciones militares apenas se presente el esperado ataque ecuatoriano.
Agrupamiento del Norte
El Agrupamiento del Norte estaba constituido por 2 Divisiones Ligeras, la 1ª que debía cubrir el frente que empezaba en Zarumilla y terminaba en las nacientes de la Quebrada de Pilares en Piura y la 8ª que tenía a su cargo el frente comprendido desde Pilares hasta La Tina y Chinchipe.
El Agrupamiento del Norte tuvo como Comandante en Jefe al General de Brigada EP Eloy Gaspar Ureta Montehermoso, de reciente ascenso, y su organización fue la siguiente:
- Estado Mayor, al mando del Teniente Coronel EP Miguel Monteza Tafur.
- 1ª Sección (C-1), al mando del Mayor EP Julio Saona Cortavitarte.
- 2ª Sección (C-2), al mando del Mayor EP Salvador García Zapatero.
- 3ª Sección (C-3), al mando del Teniente Coronel EP César Egúsquiza B.
- 4ª Sección (C-4), al mando del Mayor EP Néstor Vallejo Gamboa.
- Artillería de Campaña, al mando del Teniente Coronel EP Samuel Portilla.
Elementos Orgánicos y de Refuerzo:
- Batallón de Infantería Glorioso Ayacucho Nº 3, al mando del Teniente Coronel EP Alejandro Valera, como 1er. Jefe.
- Regimiento de Caballería Lanceros de Torata Nº 5, al mando del Teniente Coronel EP Hernán López Cárdenas, como 1er. Jefe.
- Grupo de Artillería de Campaña Mariscal José de la Mar Nº 6 (8 cañones 105 mm.), al mando del Teniente Coronel EP Emilio Pereyra Marquina, como 1er. Jefe.
- Compañía de Transmisiones Nº 1, al mando del Capitán EP Julio Pacheco, como 1er. Jefe.
- Destacamento de Tanques (12 tanques LTP Panzer 38 (t) del Batallón de Carros de Combate Nº 1[22]), al mando del Mayor EP Julio Cáceres, como 1er. Jefe.
- Compañía Automóvil del Tren (40 camiones).
1ª División Ligera (Sector Zarumilla):
- Comandante en Jefe, Coronel EP Luis Vinatea Almonte.
- Jefe de Estado Mayor, Teniente Coronel EP Manuel A. Odría Amoretti.
- Batallón de Infantería Legión Peruana Nº 1 al mando del Teniente Coronel EP Manuel Urteaga, como 1er. Jefe.
- Batallón de Infantería Zarumilla Nº 5 al mando del Teniente Coronel EP Carlos Miñano Mendocilla, como 1er. Jefe.
- Batallón de Infantería Comandante Ladislao Espinar Nº 19 al mando del Teniente Coronel EP Arturo Gavilano del Valle, como 1er. Jefe.
- Batallón de Infantería Iquique Nº 31 (Reserva del Agrupamiento del Norte) al mando del Teniente Coronel EP Carlos Pro, como 1er. Jefe.
- Grupo de Artillería de Campaña de Montaña Dos de mayo Nº 1 (8 cañones) al mando del Teniente Coronel EP Enrique Díaz, como 1er. Jefe.
- Compañía de Zapadores (Ingenieros de Combate) Nº 1 al mando del Capitán EP Dionisio Quelopana
- Compañía de Zapadores (Ingenieros de Combate) Nº 8 al mando del Capitán EP Antonio Fioppiani
- Sección de Armas Antiaéreas Nº 1 (D.C.A.) al mando del Teniente EP José Carrión.
- Sección de Transmisiones Nº 1 al mando del Teniente EP Alberto Rendón.
- Sección Automóvil del Tren Nº 1 (20 camiones).
8ª División Ligera (Sector Chira – Macará):
- Comandante en Jefe, Coronel EP César A. Salazar Cartagena.
- Jefe de Estado Mayor, Teniente Coronel EP Jerónimo Santibáñez.
- Batallón de Infantería Comandante Ladislao Espinar Nº 19, (1 Compañía) al mando del Capitán EP Fernando del Risco.
- Batallón de Infantería Nº 20, al mando del Teniente Coronel EP Carlos Herrera Lynch, como 1er. Jefe.
- Batallón de Infantería Iquique Nº 31 (1 Compañía) al mando del Capitán EP José Cáceres.
- Regimiento de Caballería Gran Mariscal Mariano Necochea Nº 7 al mando del Teniente Coronel EP César Yáñez, como 1er. Jefe.
- Grupo de Artillería de Campaña Coronel Ruíz Nº 8 (8 cañones de 105 mm.) al mando del Teniente Coronel EP Guillermo Valdivia, como 1er. Jefe.
- Compañía de Acompañamiento Nº 8 al mando del Capitán EP Miguel Arce.
- Sección de Transmisiones Nº 8 al mando del Teniente EP Carlos Morales.
- Sección Automóvil del Tren Nº 8 (10 camiones).
Destacamento de Chinchipe
- Comandante en Jefe, Teniente Coronel EP Víctor Rodríguez Zumarán.
- Batallón de Infantería Cahuide Nº 33 (-), con 2 Compañías de Infantería Ligera (Fusileros- Cazadores), al mando del Teniente Coronel EP Víctor Rodríguez Zumarán, como 1er. Jefe.
- 1 Sección de Acompañamiento.
- 1 Pelotón de jinetes de a mulo.
- 1 Sección Fuera de Línea y Trenes.
Destacamento de Aviación
- Al mando del Comandante CAP César Alvarez Guerra.
- El núcleo de la aviación peruana de combate estaba compuesto por:
- 5 cazas North American NA-50, conocidos como “Torito”, que eran una versión del North American P-64.
- Además disponía de:
- 20 aviones Caproni (6 CA-310, 3 CA-135, 6 CA-114, 5 CA-111).
- 9 Douglas 8A-3P "Northrop".
- 4 hidroaviones biplanos (3 Curtis Falcón y 1 Vought Corsair)
- 5 aviones biplanos Fairey Fox y
- 1 Junker Ju-52.
Destacamento de Marina
- Al mando del Capitán de Navío AP Grimaldo Bravo Arenas.
- Estaba conformado por:
- División de Cruceros:
- Crucero Explorador BAP Almirante Grau.
- Crucero Explorador BAP Coronel Bolognesi.
- División de Destroyers:
- Destructor de línea BAP Almirante Villar.
- Destructor de línea BAP Almirante Guise.
- División de Submarinos:
- BAP Islay "R-1"
- BAP Casma "R-2"
- BAP Pacocha "R-3" y
- BAP Arica "R-4".
- División de Cruceros:
- Transporte BAP Rímac.
- Petrolero BAP Pariñas y
- Patrulleras: "101", "102", "103" y "104".
La División de Selva
Para defender la extensa región selvática se destacó a la V División, cuya organización era la siguiente:
- Comandante en Jefe de las Fuerzas del Nor-oriente, General de División EP Antonio Silva Santisteban.
- Jefe de Estado Mayor, General de Brigada EP Manuel Morla Concha.
- Guarnición de Cabo Pantoja al mando del Teniente Coronel EP Armando Aguirre.
- Batallón de Infantería Callao Nº 25 al mando del Teniente Coronel EP José Chávez Alcántara como 1er. Jefe.
- Batallón de Infantería Tacna Nº 27 al mando del Teniente Coronel EP Armando Aguirre como 1er. Jefe.
- Batallón de Infantería Coronel Portillo Nº 29 al mando del Teniente Coronel EP Félix Torrejón como 1er. Jefe.
- Grupo de Artillería de Campaña al mando del Mayor EP Manuel Morales como 1er. Jefe.
- Fuerza Aérea al mando del Coronel CAP Manuel Escalante.
- Fuerza Fluvial del Amazonas al mando del Capitán de Navío AP Antonio Cantuarias Pardo como Comandante General.
Flotilla del Amazonas:
- Cañoneras:
- BAP Amazonas
- BAP Loreto
- BAP Napo
- BAP Portillo
- BAP Iquitos.
La fuerza total del Agrupamiento del Norte, al inicio de las operaciones, se estimaba en 441 Oficiales y 9,386 soldados.
El conflicto
Inicio
El conflicto entre Perú y Ecuador comenzó el sábado 5 de julio de 1941 habiendo ocurrido los primeros enfrentamientos desde las 10.30 horas de la mañana de ese día siendo disimiles las versiones respecto a su origen.
La versión ecuatoriana, según el coronel ecuatoriano Luis A. Rodríguez S., comandante en jefe de las fuerzas ecuatorianas de la provincia de El Oro durante el enfrentamiento, expone que los incidentes del 5 de julio se iniciaron cuando una patrulla fronteriza ecuatoriana encontró a algunos civiles peruanos, protegidos por policías, limpiando de vegetación un terreno en el lado ecuatoriano del río Zarumilla. Al divisar a la patrulla ecuatoriana, los policías peruanos abrieron fuego y mataron a dos soldados ecuatorianos (Emboscada de Bramador), a esto siguió un intercambio de disparos entre las tropas ubicadas a ambos lados de la frontera, a la vez que dos oficiales ecuatorianos fueron enviados a Aguas Verdes para hablar con el oficial al mando. Ellos fueron advertidos por las autoridades peruanas de volver a sus líneas.[16]
La versión peruana sobre el origen del conflicto, que desmiente detalladamente y objetivamente a la versión ecuatoriana, la encontramos en el Parte que redactara el Alférez de la Guardia Civil del Perú Miguel Bocángel Cuadros[17], a la sazón Jefe del Puesto de la Guardia Civil del Perú establecido en la localidad de Aguas Verdes, población peruana ubicada frente a Huaquillas, en los términos siguientes:
“ | Parte oficial del Alférez Miguel Miguel Bocángel Cuadros
Tengo el honor de dar cuenta a Ud., que siendo las diez de la mañana del día de hoy, me dirigí hacia la chacra fronteriza de Jacinto Orellana Becerra, en vista de informes dados por este, que los ecuatorianos habían puesto un cerco alambrado en nuestro territorio, llevando para el efecto una pareja de guardias armados. Llegados al mencionado lugar, que se halla a unos 500 metros del Noroeste del cuartel, ordené que Orellana y sus dos menores hijos deshicieran el mencionado cerco; cuando a los 25 minutos se presentaron dos soldados ecuatorianos armados que al verme se detuvieron, entonces les hice ver que ese cerco puesto por ellos estaba en territorio peruano y respondieron no saber al respecto, regresando seguidamente, pasando al Ecuador. Presumiendo que iban a comunicar a los suyos del hecho y quizás regresasen con refuerzo, mandé al cuartel a uno de los hijos de Orellana para que el cabo Humberto Chacón Santa Cruz, viniera con un fusil ametrallador y seis hombres armados, los que llegaron a poco rato; estableciendo con estos un servicio de vigilancia en aquel sector, dándoles por consigna que hicieran fuego a mi voz o cuando ellos fueran atacados por el enemigo. Transcurrieron más o menos media hora, estando cada uno en su puesto sentimos voces de varios hombres que habían pasado hacia nuestro territorio y por la espesa vegetación, no se les podía distinguir, pero como éstos se dirigían hacia un descubierto, esperamos que salieran con el propósito de capturarnos y en este instante, tres soldados ecuatorianos avistaron, entre unas yerbas, al guardia Luis Manyare Sosa, proveedor del fusil ametrallador contra quien hicieron una descarga a una distancia de 30 metros, al que de inmediato respondió el fusil ametrallador, mosquetón y los fusiles nuestros, habiéndose constatado la caída de dos de los atacantes. Continuando así el tiroteo, notamos más fusilería de parte ecuatoriana y dando el tiempo transcurrido de unos 30 minutos y la posibilidad de ser copados, dispuse que abandonaran sus puestos, saliendo hacia el cuartel, donde nuevamente nos emplazamos en trinchera y ya con la ayuda de otro fusil y el resto del personal del puesto, haciendo un efectivo de 14 hombres y el auxiliar Enrique Guinet, quien trasmitía y comunicaba todo lo acontecido a Zarumilla, a más de cooperar directamente con nosotros. En este estado y en el tiroteo que no cesaba, se presentó el capitán D. Conrado Ruiz Oliva, con un fusil ametrallador en compañía del sargento 1° Ugaz, guardias Torres, Rivera, Berróspide, Arévalo y Zacarías, más o menos a las once y media; estableciéndose en la orilla del río Bolsico, en cuya circunstancia vimos que de Huaquillas, levantando pañuelos blancos, venían tres oficiales ecuatorianos y al sentir que cesamos en disparar, comenzaron con un fuego más nutrido contra nosotros, haciendo uso de sus cañones, dos de cuyos proyectiles hizo impacto en el cuartel, sin mucho perjuicio material, menos personal. Serían más o menos las once y cuarenta y cinco, se presentó el subteniente Augusto Rosas García del Destacamento B.I. (Batallón de Infantería) 5 con 20 hombres y 2 fusiles ametralladoras, el que se emplazó en una trinchera inmediata al cuartel. Con dichos refuerzos, continuamos el tiroteo con más intensidad, notándose de la otra parte, disparos de cañones que contaron seis, los que no causaron daño alguno. A los 40 minutos de tiempo, cesaron por completo los fuegos ecuatorianos, habiendo izado una bandera de la Cruz Roja y una blanca que la sacaron después, respondiendo a este hecho con el fuego al que ya no respondieron, continuando de tiempo en tiempo con los fuegos de hostigamiento, se probó que ya no respondían; permaneciendo así todo el personal en sus puestos. Sería las catorce horas en que se sintió seis disparos de mortero de 81 mm, los que explotaron en territorio ecuatoriano, los mismos que fueron disparados desde el puente del río “Piedritas”, donde oportunamente emplazó la pieza el capitán D. Julio Diez Quiñones, Jefe del Destacamento B.I. N° 5, a los que tampoco respondieron. A esta misma hora, recibí orden del cmdte. Odría, Jefe del EM de la 1ª División, que nos mantuviéramos en nuestros puestos de combate, orden que se cumplió estrictamente hasta la fecha, con las precauciones que el caso requiere. Como consecuencia del tiroteo, que duró más o menos hasta las 16 horas, hago constar a Ud. Que son dos perforaciones de cañón en el local del cuartel, impactos en las puertas y prendas de vestir del personal, cuyos fragmentos puse a su disposición oportunamente. No es demás comunique a Ud. que el personal a mis órdenes sargento 1° Julio Bendezú Medina, cabo Humberto Chacón Santa Cruz, guardias César Cáceres Velarde, Anamías Serrano Cubas, Luis Manyarí Soga, Rosendo Guzmán Arce, Antonio Mendoza Ruiz, Agustín Soto Pareja, Guillermo Chávez Romero, Neptalí Valderrama Ampuero, Daniel Vela Olórtegui, Valeriano Durán Valdivia, José Espejo Barboza y Juan Chávez Reyes, han demostrado toda su voluntad, decisión en el peligro, de cuya actuación me siento enaltecido, ya que llegada la hora saben cumplir conscientemente sus deberes. Para el mantenimiento de nuestras posiciones, se ha organizado un servicio de patrullaje y vigilancia, con los 46 hombres que han quedado a ordenes del subteniente Rosas y el personal del Puesto, habiéndose retirado el resto de las tropas a Zarumilla por orden superior, manteniéndose en esta situación y atrincherados hasta nueva orden. Lo que cumplo en comunicar a Ud. para su superior conocimiento y fines. Aguas Verdes, 5 de julio de 1941. EL JEFE DE LÍNEA Alf. Miguel Bocángel Cuadros. |
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Este ataque ecuatoriano, realizado por tropas del Batallón de Infantería Nº 11 "Cayambe" del Ejército de Ecuador que, procedentes de la localidad de Huaquillas, pueblo ecuatoriano ubicado en el lado norte del río Zarumilla el cual servía como línea fronteriza del statu quo entre ambos países, cruzaron al lado peruano, sería continuado por otro, ejecutado por estas tropas, seguidas por 200 hombres armados, a los puestos fronterizos peruanos de La Palma, El Porvenir, Lechugal, Quebrada Seca y Matapalo. La Guardia Civil del Perú del Puesto de Aguas Verdes, que contaba con medios limitados de combate, por más de 30 minutos se enfrentó al enemigo y contuvo su avance. Ante ello, los peruanos respondieron enviando una Sección de Fusileros-Cazadores, del Batallón de Infantería "Zarumilla" Nº 5, a Aguas Verdes que rechazaron a los ecuatorianos los cuales se retiraron a su territorio al otro lado del río. La lucha se esparció a lo largo de toda la frontera establecida por el río Zarumilla. El 6 de julio, la Aviación Peruana de Combate realizó ataques aéreos contra los puestos fronterizos ecuatorianos a lo largo del río.[18]
Las acciones militares
Las acciones terrestres
La acción de Aguas Verdes
Al promediar la mañana del 5 de julio de 1941, el Batallón de Infantería Nº 11 “Cayambe” del ejército de Ecuador partió de Huaquillas hacia la frontera, atacando al Puesto de la Guardia Civil de Aguas Verdes. La Guardia Civil del Perú resistió hasta la llegada de una sección del Batallón de Infantería "Zarumilla" Nº 5, Batallón que estaba comandado por el Teniente Coronel Miñano, viéndose obligadas las fuerzas contrarias a retirarse. En previsión de que ocurra un contraataque se reforzaron los puestos fronterizos, reanudándose los tiroteos durante toda la tarde en La Palma, Lechugal, Quebrada Seca y Matapalo. Para el 6 de julio los enfrentamientos se generalizaron en casi todo el frente de Zarumilla, sin resultados para los ecuatorianos que en los 2 días en que ocurrieron los enfrentamientos tuvieron 29 muertos mientras el Perú tuvo sólo 3 heridos.
Previendo que se produzca un ataque sorpresa por parte del ejército ecuatoriano, el comando peruano tomó disposiciones para llevar a cabo una acción militar en gran escala.
Las acciones de Lechugal y de Quebrada Seca
Luego de rechazar el ataque a Lechugal, a las 7:30 a.m. las tropas peruanas pasan a la ofensiva asaltando y tomando temporalmente el puesto ecuatoriano de Angulo, ambos bandos con refuerzos vuelven a enfrentarse por la posesión del puesto, que es definitivamente abandonado por los ecuatorianos (teniendo entre sus bajas 3 oficiales y 24 soldados).
Después de 3 horas de lucha, la compañía al mando del Capitán EP Orrego vence a los Carabineros de Machala y al Batallón de Infantería Nº 12 "Montecristi", tomando el puesto de Rancho Grande. Machala era una importante población y su captura fue una brecha en el sistema defensivo del ejército ecuatoriano. Los ecuatorianos tuvieron en ese lugar 22 muertos y 7 prisioneros.
En el sector de Quebrada Seca los peruanos emplearon su aviación de combate para ametrallar las posiciones de los ecuatorianos en vista de que estos oponían fuerte resistencia. Durante este ataque aéreo el avión caza North American NA-50 "Torito" pilotado por el Teniente CAP José Abelardo Quiñones Gonzales es alcanzado por el fuego antiaéreo; pero en lugar de lanzarse en paracaídas, Quiñones se estrella sobre un nido de ametralladoras enemigas. Su cuerpo fue devuelto por el Ecuador el 19-10-1941, con los honores del caso.
El 24 de julio, en el sector Quebrada Seca, la guarnición peruana de “El Corral” con una compañía del Batallón de Infantería "Legión Peruana" Nº 1 hacen fuego nutrido contra las instalaciones enemigas de la compañía Valencia. El día 25 el Teniente Armero EP Aníbal Causillas, con 37 hombres, cruza el río Zarumilla y penetra en el pueblo de Quebrada Seca, defendido por los puestos ecuatorianos de Angulo y Rancho Grande, sorprendiendo al enemigo por la retaguardia y tomando dicha posición. Después cayó la isla Noblecilla.
En estas acciones de armas cayeron algunos soldados peruanos, entre ellos el Sargento Mujica que murió decapitado.
Unidades ecuatorianas como el Batallón de Infantería Nº 12 "Montecristi", un Batallón de Carabineros y la Compañía "Macheteros de Esmeraldas" fueron completamente destruidas. Los soldados ecuatorianos replegados confundieron el Inti (sol radiante de los Incas), que ostentaban los cascos militares franceses del tipo Adrian Modelo 1934 utilizados por los peruanos, con el sol naciente del ejército japonés dando noticias de zozobra y desconcierto a su alto mando.
La Batalla de Zarumilla
Al amanecer del 24 de julio el Regimiento de Caballería "Lanceros de Torata" Nº 5 y los Batallones de Infantería "Zarumilla" Nº 5 y "Comandante Ladislao Espinar" Nº 19, con el objetivo de capturar Chacras y Huaquillas, toman posesión de la carretera que une ambos pueblos.
A las 2:30 p.m., el General de Brigada EP Eloy G. Ureta ordena a las fuerzas de bloqueo posicionadas en la carretera avanzar hacia Chacras, con apoyo de la Guardia Civil, del Destacamento de Aviación y de la Artillería. Simultáneamente 2 compañías de Fusileros-Cazadores del Batallón de Infantería "Zarumilla" Nº 5 y el Grupo de Artillería de Campaña de Montaña "2 de mayo" Nº 1, marchan con destino a Huaquillas que estaba defendida por el Batallón de Infantería Nº 11 "Cayambe" (que había fijado sus posiciones en las partes altas).
En Chacras, las fuerzas peruanas de asalto encontraron tenaz resistencia prolongándose la batalla hasta la noche, momento en que el Regimiento de Caballería "Lanceros de Torata" Nº 5 atacó por la retaguardia, produciendo un precipitado repliegue de las tropas ecuatorianas hacia Arenillas y Guayaquil. En el lugar las tropas peruanas hacen prisioneros a soldados ecuatorianos y capturan material de guerra y equipos.
En el ataque y toma de Huaquillas la lucha se prolongaba, muriendo, como consecuencia del fuego enemigo al intentar cruzar el río Zarumilla, los Guardias GC Neptalí Valderrama Ampuero (tirador de fusil-ametrallador) y Justo Pastor Ismodes Nadal (su proveedor). El Guardia GC Leoncio Martel Acosta, quien después de haber abatido a varios tiradores del enemigo es capturado por este, en Huaquillas, y asesinado por sus captores, habiendo sido encontrado, luego de la conquista de esta posición ecuatoriana hecha al día siguiente, acribillado a balazos y con múltiples heridas de bayoneta. El Guardia GC Alberto Leveau García pierde la vida al lanzarse a la conquista de una trinchera enemiga. Huaquillas fue sometida a un fuego intenso de artillería, cayendo la plaza durante la noche y capturándose a una gran cantidad de oficiales y soldados ecuatorianos.
El 25 de julio, efectivos de la guarnición peruana del Lechugal al mando del Teniente de la Guardia Civil Alipio Ponce asaltan Carcabón, combatiendo hasta las 6 p.m., razón por la cual el Alto Mando peruano ordena el repliegue; pero la orden llegó cuando se iba a dar el asalto final cayendo Carcabón a las 10 p.m.; por esta acción el Teniente Ponce se ganó el apelativo del “Titán de Carcabón”. Como consecuencia del enfrentamiento cayeron los puestos de Rancho Chico, Refugio de Peregrinos y Balsalito. La aviación peruana realizó bombardeos eficaces antes de la toma de cada puesto ecuatoriano.
El 26 de julio los ecuatorianos intentan una contraofensiva pero son nuevamente derrotados. El frente había quedado roto y la V Brigada ya no existía como unidad de combate, replegándose los restos del ejército ecuatoriano hacía Arenillas y Cayanca.
El 27 de julio, la flotilla de la Base Naval de El Salto, toma Matapalo y Boca de Capones, bajo la dirección del Capitán de Fragata AP Pedro de la Torre Ugarte y del Alférez GC Moisés Gallardo Arenas.
En el mismo día se capturó todo un arsenal abandonado por los ecuatorianos, hallándose armas y millones de cartuchos que estaban en los depósitos de las Quebradas de Salinas y Bejucal. La Batalla de Zarumilla había terminado y solo quedaba por hacer operaciones de limpieza de pequeños bolsones y la ocupación del territorio sur ecuatoriano.
El material de guerra capturado fue: 10 cañones de 65 y 75 mm., 9 cañones antiaéreos, 21 fusiles ametralladoras, 1 ametralladora, 635 fusiles de cañón largo, 888 fusiles cortos, 5,392 granadas explosivas, 192 granadas explosivas Breda para cañones, 84 granadas de mano, 2'500,000 cartuchos para fusil, 60 km de cables telefónicos, estaciones de radio, receptores y destelladores.
La ocupación de la Provincia de El Oro
El 28 de julio, el ministro de Guerra del Perú dio la orden de avanzar en territorio ecuatoriano, con la máxima rapidez, para impedir el reagrupamiento del ejército ecuatoriano; por su parte el comando peruano deseaba tomar posesión de la mayor cantidad de territorio, porque ya se habían iniciado gestiones en EE.UU. y otros países para un alto al fuego. El objetivo final era el río Jubones al norte de la provincia El Oro, para lo cual se utilizaron los tanques que avanzaron imparables.
Un Regimiento peruano de Caballería tomó Cayanca el 28, y otros contingentes menores se apoderaron de Pitahaya, Limón y el Corral, significando una penetración profunda que posibilitaba envolver a las fuerzas ecuatorianas en Arenillas y Santa Rosa, al mismo tiempo que se aislaba a la zona del litoral. El 29 cae El Progreso.
Entre el 30 y 31 de julio, las tropas peruanas (Batallones de Infantería "Zarumilla" Nº 5 y "Comandante Ladislao Espinar" Nº 19 y el Regimiento de Caballería "Lanceros de Torata" Nº 5) avanzan con rapidez y capturan la importante población de Arenillas y Santa Rosa (la que fue arrasada con un severo bombardeo hecho por la artillería y por la aviación). En esta última captura se usaron fuerzas aero-transportadas. Simultáneamente se sometió a Pasaje, localidad donde se encontraba el Estado Mayor ecuatoriano, a un severo bombardeo aéreo.
Machala por ser capital de la provincia de El Oro, parecía que iba a ofrecer una dura resistencia. El ataque frontal fue iniciado por el Batallón de Asalto de la Guardia Civil[19] y varias Compañías de Infantería, mientras que a la retaguardia de Machala (entre esta ciudad y el río Jubones) descendió una tropa aerotransportada peruana. Ante esta situación y para evitar verse entre dos fuegos, las fuerzas ecuatorianas se retiraron en forma precipitada. Finalmente las fuerzas peruanas llegaron a orillas del río Jubones con lo que se completó la ocupación de la provincia de El Oro, pues el mismo día caía Puerto Bolívar que estaba aislado.
En la zona de Cazaderos, los ecuatorianos atacaron desde los puestos de Zapallal, Mangaurco y Bolospampa al puesto peruano de Huásimo. Se lanzo una contra ofensiva capturándose Cazaderos, Mangaurco y Bolospampa.
El Frente La Tina – Macará
El frente comprendido desde la Quebrada de Pilares, hasta La Tina y el Chinchipe estuvo a cargo de la 8ª División Ligera, al mando del Coronel EP César Salazar Cartagena.
En Macará residía una buena cantidad de peruanos los cuales eran víctimas de la hostilidad ecuatoriana. El 25 de julio el Consulado del Perú había sido apedreado y el escudo peruano arrastrado, los incidentes se exacerbaron resultando 2 soldados heridos y un sargento muerto, todos del puesto peruano de La Tina.
En vista de esto, el Regimiento de Caballería "Gran Mariscal Mariano Necochea" Nº 7, una compañía del Batallón de Infantería "Comandante Ladislao Espinar" Nº 19 y una batería del Grupo de Artillería "Coronel Ruíz" Nº 8, cruzaron el río el 30 de julio y tomaron Macará, encontrando leve oposición. La acción contra Macará fue de represalia.
Luego con el apoyo de la Compañía que mandaba el Capitán EP Fernando del Risco los peruanos vencieron a los ecuatorianos en la acción de Vado Limón. Dos días más tarde las fuerzas peruanas desocuparon Macará y volvieron a sus emplazamientos.
Igualmente en Pampa Larga (provincia de Sullana) un destacamento peruano a órdenes del Comandante Herrera Lynch, fue atacado por fuerzas ecuatorianas de Zapotillo. El contraataque peruano permitió la captura del pueblo, el cual fue desocupado días más tarde.
Las acciones aéreas
El Cuerpo Aeronáutico del Perú (CAP) era más fuerte y tecnológicamente más avanzado que el Cuerpo Aereo del Ecuador.
El núcleo de la aviación peruana de combate era la 41º escuadrilla de 5 cazas North American NA-50, conocidos como Torito, que eran una versión del North American P-64 y que habían sido entregados por Estados Unidos en mayo de 1939. Ecuador prácticamente carecía de poder aéreo, pues al inicio de las hostilidades el núcleo del Cuerpo Aéreo Ecuatoriano constaba principalmente de tres aviones tipo Curtiss-Wright CW-19R Sparrow y 3 Alfa Romeo I.M.A.M. Ro-37.bis, siendo estos últimos aviones biplanos biplazas de reconocimiento y ataque sobrevivientes del grupo de ocho que se adquirieron en 1938.
El 6 de julio los aviones de combate de la aviación militar del Perú despegaron del campo de Tumbes con la misión de bombardear los Puestos del Ecuador de Huabillos y Chacras y efectuar el ametrallamiento del Puesto de Huaquillas, logrando con su acción neutralizar el ataque ecuatoriano a los Puestos peruanos de Aguas Verdes, El Porvenir y la Palma.
El 22 de julio la aviación militar del Perú bombardeo las localidades ecuatorianas de Chacras y áreas aledañas así como Huaquillas.
Posteriormente Arenillas, Santa Rosa y Pasaje también serían bombardeadas así como Machala y Puerto Bolívar.
Durante su ataque la aviación militar peruana bombardeo, según se afirma en Ecuador, las vías férreas y las estaciones del ferrocarril de la costa, por donde se exportaba el banano (que era el principal producto de exportación del Ecuador antes de la explotación del petróleo), la recientemente inaugurada carretera Panamericana, varios puentes de la misma en la costa, centrales eléctricas, comisariatos de la Aduana, comisarías de los Carabineros, y, sobre todo, las bases militares ubicadas entre Huaquillas y Loja y las instalaciones navales de la Armada del Ecuador en Puerto Bolívar.
La inmolación del Teniente CAP José Quiñones Gonzales
Durante el conflicto pierde la vida el Teniente CAP José Abelardo Quiñones Gonzales, quien, piloteando un avión caza interceptor North American NA-50, cumplía una misión de ataque sobre las posiciones militares adversarias ubicadas en Quebrada Seca, siendo alcanzado por el fuego artillero antiaéreo enemigo. Quiñones decidió no usar su paracaídas y dirige su avión contra las baterías ecuatorianas de artillería antiaérea, estrellándose contra ellas y muriendo en el acto, cumpliendo así su misión de silenciar las baterías de artillería antiaérea enemigas a costa de su vida y haciendo honor a su lema "Derribado pero sobre el objetivo".
A continuación los detalles de dicho episodio:
“ | El 23 de julio de 1941, la 41ª Escuadrilla peruana despegó de Tumbes para cumplir una misión, al mando del teniente comandante CAP Antonio Alberti e integrada por los tenientes CAP Fernando Paraud y José Quiñones y el alférez CAP Manuel Rivera, a bordo de sus aviones caza North American NA-50 Torito. La misión consistía en bombardear el puesto enemigo de Quebrada Seca, donde los ecuatorianos habían concentrado el grueso de su artillería antiaérea y colocado ametralladoras.. | ” |
“ | Pocos minutos después de la partida ya estaban sobre el objetivo e iniciaron el bombardeo del puesto ecuatoriano de Quebrada Seca. Cuando el aparato pilotado por el teniente Quiñones, efectuó el descenso para lanzar sus bombas, fue alcanzado por el fuego antiaéreo ecuatoriano. En vez de saltar del avión y utilizar su paracaídas, en cuyo uso era diestro, Quiñones enrumbó su máquina hacia el blanco ecuatoriano, estrellándose y muriendo en el acto. Los otros aviones que conformaban la Escuadrilla 41 continuaron con su misión y efectuaron un siguiente ataque, retornando a Tumbes.. | ” |
El 19 de octubre de 1941 (tres meses después de su deceso), el Coronel del Ejército de Ecuador Octavio A. Ochoa, jefe de la IV Zona Militar, entregó a nombre de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas los restos mortales del héroe peruano, pronunciando las siguientes palabras:
“ | Entrego a la Fuerza Aérea del Perú los restos de quien supo honrar a su patria, a su pueblo y a su fuerza armada. Mi pueblo (ecuatoriano) rinde homenaje al pueblo peruano, dignamente encarnado en la figura heroica de José Abelardo Quiñones Gonzales. | ” |
—Octavio A. Ochoa |
La captura de Puerto Bolívar
Teniendo en cuenta que Puerto Bolívar era el punto de ingreso de armas para el ejército ecuatoriano era preciso su neutralización a pesar de que ya había quedado casi aislado con la toma de Quebrada Seca por los peruanos. Se decidió por un ataque sorpresa y simultáneo, de paracaidistas con fuerzas de infantería.
Así el 30 de julio a las 5:45 p.m. partieron los paracaidistas peruanos con una escuadrilla de bombarderos. Cuando aterrizaron los paracaidistas recibieron fuego nutrido desde el muelle el cual contestaron con disparos de ametralladora. Para dar apoyo a los paracaidistas los aviones peruanos ametrallaron las principales posiciones defensivas, mientras que por tierra avanzaba un pelotón. Ante la convergencia de fuerzas peruanas, los destacamentos de defensa ecuatorianos optaron por huir. Una hora más tarde del descenso, se completó la ocupación del puerto y se halló en el muelle gran cantidad de armamento moderno encajonado de procedencia checoslovaca.
Hasta ese momento sólo 2 países habían usado fuerzas de paracaidistas, Rusia en la guerra contra Finlandia y Alemania en la captura de la isla de Creta.
Durante el conflicto la Marina de Guerra del Perú tuvo a su cargo la ejecución de las operaciones navales en el Teatro de Operaciones del Norte habiendo enviado, progresivamente hacia el norte del Perú, a las unidades de superficie de su Escuadra la cual tuvo como misión inicial efectuar la vigilancia, en la zona fronteriza, de los Esteros en el Departamento de Tumbes.
El empleo de las unidades de superficie de la Escuadra peruana tuvo como objetivo asegurar la libre navegación en la zona norte del Perú. En el supuesto caso de presentarse la ruptura de hostilidades, estuvo previsto que las unidades de la Escuadra actuasen ofensivamente, para interceptar las comunicaciones marítimas de la provincia de El Oro con Guayaquil, mediante el bloqueo del litoral ecuatoriano. En virtud a dicha misión, a la Escuadra se le asignó como área de operaciones, la zona marítima entre Paita y el Golfo de Guayaquil bajo las órdenes del Comandante General de la Escuadra, cargo desempeñado en ese entonces por el Capitán de Navío AP Grimaldo Bravo Arenas. A la Flotilla de Patrulleras se le asignó, como área de operaciones, la zona de los Esteros ubicada en la frontera de ambos países, comprendida entre la boca del río Capones y la isla Noblecilla, siendo esta última la que los ecuatorianos llaman isla Alto Matapalo, habiendo también efectuado la defensa de los puestos fronterizos peruanos y el desalojo de las tropas foráneas infiltradas en el territorio peruano, y a la Fuerza Fluvial del Amazonas se le encargó el área fluvial fronteriza con el Ecuador.
En el caso de la Armada del Ecuador esta carecía de unidades de superficie de gran calado estando conformada la Escuadra ecuatoriana por el buque escuela "Presidente Alfaro", el transporte artillado "BAE Calderón", el aviso "Atahualpa" y un pequeño barco de aprovisionamiento. Todas estas naves fueron adquiridas entre fines del siglo XIX y principios del XX, por lo que al momento del conflicto ya eran obsoletas, además, no eran barcos de guerra sino mercantes armados. La nave de mayor tonelaje era el BAE "Presidente Alfaro", que era un yate de 869 toneladas, fabricado en Inglaterra en 1917, que carecía de blindaje. El "Calderón" había sido fabricado en 1884 en Inglaterra y sirvió como remolcador en Chile habiendo entrado en servicio en 1886 en la Armada del Ecuador con el nombre de "Crucero Cotopaxi", desplazaba apenas 300 toneladas, con velocidad máxima de 8 nudos y dotación de 54 hombres. El comandante del "Calderón" era el teniente de fragata Rafael Morán Valverde. Los primeros barcos de guerra de la Armada del Ecuador se compraron recién en 1950. Ecuador carecía de submarinos, pues los primeros se adquirieron en 1974.
Al inicio del conflicto (5 de julio) sólo cuatro unidades de la Escuadra peruana se hallaban en condición de hacerse presentes de inmediato en el Teatro de Operaciones del Norte. Estos buques eran el crucero explorador BAP "Coronel Bolognesi" y el destructor de línea BAP "Almirante Villar", que se hallaban en el Callao, y los submarinos "R-1" y "R-2", que se hallaban en Talara desde el 9 de mayo efectuando ejercicios y patrullajes en el litoral norte. El crucero explorador BAP "Almirante Grau" y el destructor de línea "Almirante Guise", se hallaban completando su recorrido y carenado anual en la Base Naval del Callao. Por su parte, en el puerto chileno de Valparaíso se hallaba el transporte "Rímac", efectuando un viaje comercial, y el petrolero "Pariñas" se encontraba realizando cabotaje en la costa peruana.
Apenas se conocieron las noticias acerca de los incidentes en la frontera con el Ecuador el Jefe de Estado Mayor General de la Marina de Guerra del Perú ordenó al Comandante General de la Escuadra, el 6 de julio por la noche, el envío inmediato de las unidades operativas, en virtud de lo cual se dispuso el alistamiento del destructor de linea BAP "Almirante Villar" y del crucero explorador BAP "Coronel Bolognesi", con la misión de zarpar hacia Zorritos, para apoyar las operaciones militares del Agrupamiento del Norte. Dando cumplimiento a la orden recibida, el 7 de julio, el destructor "Almirante Villar" zarpó hacia puerto Villar en Zorritos con órdenes de reabastecerse allí y esperar órdenes, seguido luego por el "Coronel Bolognesi", que hizo lo propio pero dirigiéndose primero al puerto de Salaverry, en donde embarcó al Batallón de Infantería “Glorioso Ayacucho” N° 3 del ejército peruano, con el equipamiento respectivo, arribando a Talara dos días después.
A la llegada a Talara del "Coronel Bolognesi" se efectuó, a bordo de dicha nave, una reunión entre el Capitán de Navío AP Bravo Arenas, Comandante General de la Escuadra, y el General de Brigada EP Eloy Ureta, Comandante General del Agrupamiento del Norte (AN), con la finalidad de coordinar el apoyo requerido a las unidades de la Escuadra. Luego, entre los días 10 y 13 de julio, el "Coronel Bolognesi" y el destructor "Almirante Villar" escoltaron al convoy, compuesto por los transportes "Mantaro" e "Ireland", de la Compañía Peruana de Vapores, y el petrolero "Pariñas" (que se había incorporado a la Escuadra), que desde el Callao se dirigía hacia el norte transportando tropas y pertrechos para el Ejército peruano que se encontraba en el Teatro de Operaciones del Norte.
Hacia el 21, anticipando una posible acción ecuatoriana en la línea de frontera, el Agrupamiento del Norte tuvo listo planes para efectuar una contraofensiva, la que finalmente se dio entre los días 22 y 23 de julio, en lo que se ha conocido como la Batalla de Zarumilla. Siendo esta situación de conocimiento del alto mando naval peruano, el 21 de julio, el jefe del Estado Mayor General de la Marina, emitió el Plan de Campaña N° 1, a ejecutarse en caso de un recrudecimiento de las acciones, contemplándose la ejecución de las operaciones en cinco fases a ser desarrolladas en coordinación con el ejército y la aviación. La quinta fase, que correspondía a una escalada mayor en el conflicto, consideraba el bloqueo de Guayaquil, luego del desembarco y captura de las islas Puná, Santa Clara así como del bombardeo y desembarco en Santa Elena.
Luego, el 22 de julio el Comandante General de la Escuadra, que se hallaba en Zorritos, recibió, del Agrupamiento del Norte, la Orden de Operaciones Nº 3, en la cual se ordenaba, entre otras misiones, que las unidades de la Escuadra se mantuviesen en aguas territoriales, listas a cortar las comunicaciones de Puerto Bolívar con Guayaquil, interceptando el Canal de Jambelí, especificando que el ingreso a aguas ecuatorianas se haría por orden del AN, en apoyo al avance terrestre, para cortar la retaguardia y el reabastecimiento ecuatorianos. Al día siguiente el "Coronel Bolognesi" y el destructor "Almirante Villar" efectuaron tareas de exploración y patrullaje hasta la boca del río Capones (que era el límite de las aguas territoriales peruanas), con el objetivo de ablandar al enemigo, desde el mar, y así poder facilitar el avance hacia el norte de las tropas del ejército del Perú que se preparaban para el asalto sobre las posiciones adversarias.
Según la Armada del Ecuador, el 23 de julio, personal del aviso "Atahualpa", al mando del alférez de fragata Víctor Naranjo Fiallo repelió el ataque de varios aviones peruanos, logrando el “derribo” de uno de ellos. Según el parte del alférez Naranjo, el grumete Eleuterio Chalá logró el supuesto derribo en la zona del canal de Jambelí. Lo cierto es que el Cuerpo Aeronáutico del Perú no tuvo tal pérdida.
Las naves de la Escuadra continuaron con su misión: el "Almirante Grau" y el transporte "Rímac" zarparon el 23 de julio hacia Paita y Talara transportando a dos batallones de infantería, un regimiento de caballería, 12 tanques, ganado, munición y otros pertrechos. Los submarinos "R-3" y "R-4" concluyeron su recorrido y carena, zarpando el 25 de julio e incorporándose a la escuadra en Paita el 27 y el último buque en partir del Callao fue el destructor "Almirante Guise", que luego de concluir su recorrido, arribó a Zorritos el 26 de julio por la tarde.
Una vez reunidas todas las unidades peruanas en el norte, se dispuso una reorganización administrativa de la Escuadra mientras durasen las operaciones militares que se realizaban a causa del conflicto. Mediante una orden de operaciones, el Comandante General de la Escuadra dispuso la conformación de dos bases y un grupo de exploración con base avanzada en Puerto Pizarro. En la base establecida en Paita, se hallaría un grupo de exploración conformado por el submarino "R-4" y tres hidroaviones del Cuerpo Aéreo a ser asignados para conformar el Escuadrón de Cooperación de la Marina; en Zorritos quedaban el "Almirante Grau", el "Almirante Villar", el "R-3" y el "Rímac"; y en Puerto Pizarro, a órdenes del Comandante de la División de Submarinos, quedaron el "Coronel Bolognesi", el "Almirante Guise" y los submarinos "R-1" y "R-2".
Para asegurar el avance de las tropas peruanas sobre la provincia ecuatoriana de El Oro, las unidades de la Escuadra Peruana efectuaron varias misiones en las cercanías de la costa ecuatoriana. El 28 de julio, los submarinos "R-1" y "R-2" efectuaron un reconocimiento en la boca del Canal de Jambelí a fin de detectar la presencia de artillería. Al día siguiente, el "Coronel Bolognesi" y el "Almirante Guise", durante el patrullaje frente al Canal de Jambelí, realizaron el bombardeo sobre Punta Jambelí y Puerto Bolívar. Como resultado de estas acciones, la población del puerto ecuatoriano evacuó dicho lugar, lográndose adicionalmente la suspensión de todo el tráfico de cabotaje hacia allí y la interrupción del transporte de tropas y abastecimientos a las guarniciones ecuatorianas del área.
Finalmente, antes de la orden de cese de hostilidades emitida por el Agrupamiento del Norte para hacerla efectiva el 31 de julio a 18:00 horas, la Comandancia General de la Escuadra recibió instrucciones de efectuar la captura de Puerto Bolívar, acción que fue cumplida por personal naval procedente del crucero "Coronel Bolognesi" y del remolcador "Guardián Ríos", buque al que se le encargó ejecutar la misión. Ese mismo día, en Puerto Bolívar desembarcó una sección con 20 hombres a cargo del Teniente Segundo Jesús Polar Valdivia de la dotación del "Coronel Bolognesi", quienes se hallaron con la novedad que Puerto Bolívar había sido evacuado a consecuencia de los bombardeos de la Escuadra y del Cuerpo Aeronáutico, hallando asimismo a tres paracaidistas peruanos que habían llegado previamente allí luego de ser lanzados desde una aeronave del CAP. Los marinos peruanos permanecerían en Puerto Bolívar hasta el 18 de agosto inclusive. Durante la ocupación de Puerto Bolívar, la Armada nombró a un oficial naval peruano para desempeñar las funciones de Capitán de Puerto.
Debido al repliegue total de las naves ecuatorianas hacia Guayaquil, y considerando que en el frente marítimo ya no existía amenaza alguna, la Escuadra Peruana decidió replegar progresivamente sus unidades de superficie al Callao, habiendo el "Coronel Bolognesi" llegado al primer puerto el 24 de agosto; y el "Almirante Villar" el 1° de octubre, seguidos por los submarinos "R-3" y "R-4" el 25 del mismo mes; mientras que en diciembre retornaron, en los días 15, 18 y 23 respectivamente, el "Almirante Guise" y los submarinos "R-1" y "R-2". A causa de la Segunda Guerra Mundial el único buque que permaneció en Talara hasta el año siguiente fue el "Almirante Grau", desde donde intervendría, nuevamente y con los demás buques de la Escuadra, en la realización de patrullajes en la costa norte del Perú.
El día 25 de julio, el destructor "Almirante Villar”, zarpó de Zorritos con la misión de ingresar en aguas ecuatorianas y efectuar patrullaje y reconocimiento en la zona, fue entonces que, hallándose en las inmediaciones del canal de Jambelí, divisó al remolcador ecuatoriano "Abdón Calderón", que ingresaba al Canal de Jambelí. El buque ecuatoriano, que se hallaba en tránsito hacia Guayaquíl, ni bien reconoció al buque peruano viró 180º respecto a su rumbo emprendiendo huida hacia Puerto Bolívar efectuando disparos. El "Almirante Villar" hizo lo propio maniobrando en círculos evitando aproximarse demasiado a la costa por el bajo fondo allí existente, y tras 21 minutos de intercambio de disparos por ambos lados, concluyó el incidente.
Esta escaramuza naval, denominada indebidamente "combate" en el Ecuador, no tuvo consecuencias en el desarrollo de las operaciones realizadas por las unidades de la Escuadra Peruana y el destructor "Almirante Villar", continuó sus operaciones ininterrumpidamente en el Teatro de Operaciones del Norte hasta el mes de octubre de ese año. En cambio, de acuerdo con lo informado por su propio comandante, el "Abdón Calderón" sufrió graves daños en su caldera, al forzar su huida y ocultarse tras la densa vegetación existente en el Canal de Jambelí y estero de Santa Rosa.
Además, Ecuador nunca ha podido demostrar, hasta la actualidad, con pruebas documentales, que el destructor peruano "Almirante Villar" haya recibido los impactos y sufrido las averías que el Comandante ecuatoriano Morán, a cargo del "Abdón Calderón", en su informe, presumió haber logrado.[20]
A partir del ingreso de las unidades de la Escuadra Peruana en aguas ecuatorianas (25 de julio), ninguna nave ecuatoriana volvió a hacerse a la mar hasta la culminación del conflicto.
La intervención de países mediadores
Estados Unidos, Argentina y Brasil, habían estado multiplicando sus buenos oficios para evitar que la guerra tomara mayores proporciones. Eran momentos en que en Europa la Segunda Guerra Mundial estaba en su mayor intensidad y el Japón había iniciado la invasión de Asia. Todo hacía suponer que EE.UU. se vería precisado a intervenir en cualquier momento, sobre todo en el Pacífico en donde Japón era una amenaza. El 31 de julio se acordó la tregua y en la noche se dispuso el alto el fuego. De esa forma las tropas peruanas suspendieron su avance y se estacionaron en el terreno ocupado. Lo cierto es que prácticamente el ejército ecuatoriano había sido anulado como unidad de combate y Perú tenía el camino libre para tomar Loja y Guayaquil.
La ruptura del cese de fuego
El Frente Nororiental
El 1º de agosto, fuerzas peruanas se trabaron en lucha con las tropas ecuatorianas en el sector Yaupi - Santiago. En la acción del río Santiago muere, el 2 de agosto, por parte de los ecuatorianos el Subteniente de caballería EE Hugo Ortiz Garcés comandante de la guarnición ubicada en dicho lugar. Hasta entonces el frente selvático se había mantenido relativamente en calma, con la excepción de la presencia de esporádicos tiroteos, sin embargo, el 10 de agosto con motivo de la fiesta nacional de Ecuador los ánimos se enardecieron habiendo los ecuatorianos roto, en la zona de la selva, la tregua el 11 de agosto.
Las acciones se localizaron en el río Tigre, donde el Batallón de Infantería "Comandante Ladislao Espinar" Nº 19, derrotó a las fuerzas ecuatorianas en Corrientes. Por su parte, en Puerto Arica la guarnición peruana derrotó a los contingentes de Tarqui y Vencedor.
Al tenerse conocimiento que los ecuatorianos estaban concentrando tropas en Rocafuerte, frente al puesto peruano de Cabo Pantoja, se dispuso el refuerzo de la guarnición y el uso de fuerzas navales. A las 4:30 a.m., las fuerzas ecuatorianas de Rocafuerte abrieron fuego sobre el puesto peruano de Pantoja. Durante 8 horas se combatió hasta que los peruanos completaron la lucha frontal con un movimiento envolvente, lo que obligó a los ecuatorianos a huir, siendo perseguidos por los peruanos que iban en la cañonera “Amazonas”. La aviación prestó un decisivo apoyo.
El día 12 los peruanos ocuparon la guarnición de Lagartococha que los ecuatorianos habían evacuado tras de su derrota en Rocafuerte. El mismo día 12 a las 4:00 p.m., a 200 km. al norte del río Marañón, se abrieron fuegos entre la guarnición peruana de Soplín y la guarnición ecuatoriana de Huachi, situada al frente. El puesto ecuatoriano fue capturado por los peruanos habiendo tomado estos 9 prisioneros.
El bloqueo de Guayaquil
El 31 de agosto de 1941, el presidente del Ecuador Carlos Alberto Arroyo del Río, que enfrentaba una situación política y de seguridad nacional delicadas, decidió mantener una parte considerable del Ejército del Ecuador en Quito, con el fin de resguardar militarmente la capital ecuatoriana. Esta orden fue dada debido a que, según informes de inteligencia provenientes de los servicios de inteligencia del Brasil, Chile y los EEUU, proporcionados por estos países al presidente Arroyo del Río y a los altos mandos militares ecuatorianos, Perú estaba a menos de 48 horas de Guayaquil partiendo desde Machala y Puerto Bolívar, que es el segundo puerto del Ecuador.
Las tropas peruanas se encontraban a menos de 170 km del área metropolitana de Guayaquil y la intención de los militares peruanos era, en el caso de que Ecuador no respete los derechos del Perú sobre las provincias de Tumbes, Jaén y Maynas, asaltar y capturar el primer puerto del Ecuador. Una vez ocupada Guayaquil, las fuerzas peruanas que se encontraban en la parte de la sierra ecuatoriana ocupada por estas partirían desde Loja, que esta a menos de 600 km de la capital, e iniciarían la ocupación militar de Quito, operación que, considerando que las fuerzas armadas ecuatorianas prácticamente habían dejado de existir en septiembre, duraría un tiempo máximo de 10 días.
A fines de agosto de 1941 el Perú ocupó militarmente:
- En la costa: las provincias y cantones de la Provincia de El Oro, Puerto Bolívar, iniciando el bloqueo de Guayaquil, principal puerto comercial y base naval del Ecuador.
- En la sierra: las provincias y cantones de Loja y Zamora Chinchipe.
En la selva las fuerzas armadas del Perú reivindicaron para el Perú: Sucumbios, Napo y Pastaza en las partes que corresponden a la antigua Gobernación de Quijos que, según la Real Cédula del 15 de julio de 1802, pasó al Virreinato del Perú y que Ecuador usurpó aprovechando que Perú enfrentaba a Chile en la guerra del guano y del salitre de 1879.
La emboscada de Porotillo
Suspendidas las hostilidades, el ejército peruano quedó en posesión del territorio ocupado hasta la margen izquierda del río Jubones, en donde se encontraba la importante localidad de Pasaje; permaneciendo alli una guarnición compuesta por el Regimiento de Caballeria "Lanceros de Torata" Nº 5 que comandaba el Teniente Coronel EP Hernán López Cárdenas, con su Puesto de Comando en dicha localidad.
El 11 de septiembre el Capitán Novoa decidió hacer un reconocimiento, que tenía como objetivo constatar la presencia de tropas ecuatorianas en la parte alta del río Jubones, entre Girón y Santa Isabel, en la margen derecha del río Jubones con un destacamento bajo sus órdenes, acompañándolo el Teniente del arma de caballería de la Guardia Civil Alipio Ponce Vásquez, el Alférez del arma de caballería EP Luis Reynafarge Hurtado, 21 clases y soldados del 2º Pelotón del 2º Escuadrón del Regimiento de caballería "Lanceros de Torata" Nº 5 del Ejército del Perú, el Sargento 2º de la Guardia Civil Emiliano Tapia Díaz y el Guardia GC Luis Zumarán Carpio.
Dividido en 3 secciones (vanguardia, media y retaguardia) el destacamento cruzó el puente Uschcurrumi y al llegar al punto llamado Porotillo, a las 11 de la mañana 2 de los grupos fueron atacados de frente y por los flancos con fuego de ametralladoras y de fusiles. Novoa recibió 3 balazos a pesar de lo cual siguió dando órdenes, el Teniente GC Ponce murió al instante, de una ráfaga de metralla que lo seccionó a la altura del vientre, también murió el Alférez EP Reynafarge y un buen número de soldados. Se intentó entonces una maniobra de retroceso para buscar posiciones con mejor protección, pero fueron interceptados.
Novoa ordenó a su sobrino, el Sargento 2º César Novoa Gonzáles, que, con el Guardia GC Zumarán, lancen los cofres de munición al río Jubones orden que fue acatada en el acto. Cuando esta orden estaba cumplida, el resto de sobrevivientes (incluyendo el Capitán Novoa) ya estaban muertos, siendo el último combatiente el Soldado EP Carlos Limo Vásquez, a quien se le había atracado su pistola cayendo ultimado a bayonetazos. La acción duró 15 minutos.
El mando militar peruano admite las siguientes bajas: 3 oficiales y 21 individuos de tropa muertos, 1 Clase GC prisionero y 1 Clase EP que logró eludir la emboscada. Las fuerzas ecuatorianas, que tenían como 1er. y 2º Jefes al Teniente Coronel EE Jorge Maldonado y al Capitán EE Antonio Mogrovejo, eran del numero correspondiente al efectivo de un batallón. Según la versión oficial ecuatoriana, estaban formadas por soldados que pertenecían a: "un pelotón del grupo "Yaguachi", una fracción del batallón "Jaramijó" y alícuotas del batallón de ingenieros "Montúfar"", los cuales planificaron la emboscada.
El Sargento 2º EP Novoa y el Guardia GC Zumarán, lograron alcanzar el río Jubones, solo el Sargento Novoa logró dirigirse a Pasaje donde narró lo ocurrido.
La emboscada de Porotillo causó indignación en el comando y en las filas del Ejercito peruano dando lugar a represalias para castigar ipso facto este acto.
Las zonas escogidas fueron las que servían de concentración a las tropas ecuatorianas y para asegurar su posición se ordenaron vuelos de reconocimiento.
En estos vuelos de reconocimiento se constataron concentraciones de tropas ecuatorianas en Balao, Tendales, Santa Isabel, Zapote, Tenguel y Piñas, los que fueron ametrallados por la aviación peruana de combate.
La 82a. Escuadrilla de Información Marítima al mando del Capitán del Cuerpo Aeronáutico del Perú Augusto Duarte Colichón efectuó acciones de ametrallamiento y bombardeo en blancos militares entre Jubones y Balao, el 15 de septiembre; y el 17 del mismo mes bombardearon a unidades ecuatorianas de tropa en Tendales, Balao y toda la margen derecha del Jubones.
Luego de la emboscada de Porotillo, Perú consideró roto el cese al fuego y preparó la ofensiva para ocupar la región de Balao-Tenguel. Las gestiones diplomáticas efectuadas a raíz de este incidente, evitaron el desencadenamiento de la ofensiva que el Agrupamiento preparó sobre la región mencionada.[21]
La emboscada de Porotillo sucedió muchos días después que el Ejército peruano detuviera su avance cuando ya se había decretado el cese de fuego el 31 de julio de 1941.
Los cadáveres de los oficiales y soldados del Ejercito peruano caidos en Porotillo fueron entregados en febrero de 1942 y se realizaron en Tumbes solemnes honras fúnebres.
El ataque a Panupali
El Ejercito peruano, para evitar que se repitiera lo sucedido en Porotillo, adelantó en la región de Arenillas, en la dirección a la provincia de Loja, elementos móviles capaces de advertir a tiempo la presencia de cualquier unidad de tropas ecuatorianas proveniente de esa dirección.
El 18 de septiembre, a las 11:00 a.m. el 3er. Pelotón del 2º Escuadrón del Regimiento de Caballería "Lanceros de Torata" Nº 5, compuesto por 35 hombres y al mando del Alférez EP Máximo Pimentel Obregón, fue atacado en Panupali (cerca de la localidad ecuatoriana de Piedras, a orillas del río Arenillas) por aproximadamente 100 soldados ecuatorianos, que estaban al mando del Capitán EE Moisés Oliva Ojeda (del Grupo de Caballería “Febres Cordero”). A las 17 y 30 p.m., llega la 2da. Sección de la Compañía Nº 1 de Zapadores, al mando del Teniente EP Waldemar Mendoza Fernández, y la 3ra. sección de la 3ra. Compañía del Batallón de Infantería "Comandante Ladislao Espinar" Nº 19 del ejercito peruano, a órdenes del Capitán EP Luis Jordán Becerra, que fueran enviadas como refuerzos. El destacamento peruano opuso resistencia hasta las 19:30 p.m. del 19 de septiembre.
Por su parte las tropas ecuatorianas del Capitán Oliva recibieron también el refuerzo de los Subtenientes Manuel Pinto y Eduardo Montaño.
El comandante de las tropas peruanas de Panupali fue, inicialmente, el Alférez Máximo Pimentel Obregón; que sería luego reemplazado por el Capitán Luis Jordán quien, debido a la situación presentada, organizó, con el resto del pelotón, incluyendo las secciones de refuerzo, el repliegue, el cual se realizo luego de finalizado el combate el 19 las 19:30 horas, de manera gradual, hasta las 20:30 horas. En la acción murieron 8 soldados peruanos, 3 resultaron heridos y hubo 2 desaparecidos (que fueron tomados prisioneros), las bajas en las tropas ecuatorianas, según Ecuador, fueron 3.
Respecto al resultado del ataque a Panupali, el Capitán de Fragata de la Armada Peruana Salvador Mariategui y Cisneros, anota lo siguiente: La acción de Panupali constituye para las tropas peruanas un magnifico triunfo, ya que sin disponer de la superioridad material, ni de la iniciativa inicial del ataque, por encontrarse completamente desprevenidas, supieron, no obstante, batir a fuerzas numéricamente superiores.[22]
A diferencia de lo ocurrido en Porotillo, en este caso el Alférez del arma de Caballería EP Máximo Pimentel Obregón, Oficial a cargo del Pelotón, había hecho un minucioso y detallado estudio de las direcciones mas probables de infiltración de tropas ecuatorianas, así como deducir las hipótesis mas viables que las tropas ecuatorianas adoptarían para atacar. Las tropas ecuatorianas encontraron al Pelotón peruano bien instalado en el terreno y, a pesar de tener superioridad numérica los ecuatorianos, los esfuerzos por tomar la posición fueron infructuosos.
El 20 de septiembre, a las 06.00 horas, los soldados peruanos reciben la orden de regresar a Panupali constatando en dicho lugar que no había tropa ecuatoriana alguna, la misma que, como consecuencia del combate, regreso a sus antiguas posiciones de El placer y Platanillos.
Un día después de finalizado el combate, aviones peruanos bombardearon El Placer y sobrevolaron Piñas y Buenaventura.
Creación de la 7ª División Ligera
Teniendo en cuenta las violaciones del cese de fuego incurridas por Ecuador en Porotillo y Panupali el Alto Mando Militar peruano, en previsión de un contra ataque ecuatoriano, crea, el 18 de septiembre de 1941. la 7ª División Ligera. El Agrupamiento del Norte llegó a tener el siguiente dispositivo:
Cuartel General del Agrupamiento:
- Batallón de Infantería Zepita Nº 7.
- Batallón de Infantería Nº 18.
- Grupo de Artillería de Campaña Gran Mariscal José de la Mar Nº 6.
- Batería Ligera Extra.
- Regimiento de Caballería General San Martín Nº 3
- Regimiento de Caballería Lanceros de Torata Nº 5
- Batallón de Carros de Combate Nº 1 (-1 Sección).
- 3 Compañías Antiaéreas (D.C.A.).
1ª División Ligera:
- Batallón de Infantería Legión Peruana Nº 1.
- Batallón de Infantería Zarumilla Nº 5.
- Batallón de Infantería Nº 8.
- Grupo de Artillería de Campaña de Montaña Dos de mayo Nº 1 (-1 Batería).
- Compañía de Zapadores Nº 1.
- Sección de Carros de Combate.
- Batallón de Asalto de la Guardía Civil (Policía Rural y fuerza auxiliar de carácter paramilitar).
7ª División Ligera:
- Batallón de Infantería Glorioso Ayacucho Nº 3.
- Batallón de Infantería Tarapacá Nº 17 (-1 Compañía).
- Batallón de Infantería Comandante Ladislao Espinar Nº 19.
- 3ª Batería del Grupo de Artillería de Campaña de Montaña Dos de mayo Nº 1.
- Compañía de Zapadores Nº 8.
8ª División Ligera:
- Batallón de Infantería Tarapacá Nº 17 (3ª Compañía).
- Batallón de Infantería Nº 20.
- Batallón de Infantería Iquique Nº 31 (2ª Compañía).
Compañía de Acompañamiento Nº 8
- Regimiento de Caballería Gran Mariscal Mariano Necochea Nº 7
- Grupo de Artillería de Campaña Coronel Ruíz Nº 8 (2 Baterías)
Destacamento Ayabaca:
- Compañía de la Guardia Civil.
Destacamento Chinchipe:
- Batallón de Infantería Cahuide Nº 33
Destacamento "El Huásimo-Matapalo":
- Batallón de Infantería Iquique Nº 31 (-1 Compañía)
- 4 Compañías de la Guardia Civil.
- 2 Compañías del Regimiento de Gendarmes de Infantería "Guardia Republicana".
El Acta de Talara
Al haber realizado Ecuador los ataques en Porotillo y en Panupali, Perú consideró roto el cese de fuego y su gobierno ordenó la continuación de las operaciones por parte del Agrupamiento del Norte, la cual no se llevó a cabo debido a que el gobierno peruano accedió, en septiembre de 1941, a que los Agregados Militares de Argentina, Brasil y Estados Unidos en Lima y Quito se constituyeran en la zona de operaciones militares y establecieran una zona de separación entre las posiciones del Ejercito peruano y las del Ejercito ecuatoriano para evitar nuevos choques militares. Gracias a esto se evitó la escalada del conflicto que con toda seguridad iba a ser muy perjudicial para Ecuador.
Ecuador, comprendiendo que sus métodos no le darían resultados, suscribió el 2 de octubre de 1941, en el puerto peruano de Talara, un acuerdo de cesación de hostilidades, con participación de los observadores militares de Argentina, Brasil y Estados Unidos, acuerdo que define, entre otros puntos, una zona desmilitarizada, permitiendo su fiscalización por los observadores militares de los países mediadores.
El Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro y el fin del conflicto
Luego de firmarse el Acta de Talara, los países mediadores continuaron sus gestiones con el fin de lograr la solución definitiva del conflicto, así, el 29 de enero de 1942 en la ciudad de Río de Janeiro, donde se celebraba la III Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicas Americanas, se suscribió “El protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro” que consta de 9 artículos, poniendo término a la controversia territorial, firmando los ministros de relaciones exteriores: por la República del Perú, el Dr. Alfredo Solf y Muro; y por la República del Ecuador, el Dr. Julio Tobar Donoso.
El 12 de febrero de 1942 termina el conflicto con la desocupación, hecha por las tropas peruanas, de la provincia ecuatoriana de "El Oro".
El Protocolo fue aprobado por el Congreso Peruano el 26 de febrero de 1942 y por el Congreso de Ecuador el día 28 del mismo mes. Fue ratificado por los Presidentes de ambas Repúblicas, y canjeado en la ciudad de Petrópolis - Brasil, el 31 de marzo de 1942 en ceremonia encabezada por el Presidente del Brasil Getulio Vargas. Por lo tanto es un instrumento perfectamente válido, que obliga a las 2 partes y que no puede ser declarado nulo ni modificado por voluntad de una de ellas. Además, su cumplimiento está garantizado por los gobiernos de los países que oficiaron de garantes.
Epílogo
La historia oficial de Ecuador sostiene que con la firma del Protocolo de Río de Janeiro, se derrumban las expectativas territoriales sobre la margen izquierda del Amazonas y Marañón, con la "pérdida de 200,000 Km2" condenando al presidente Arroyo del Río y a su canciller Tobar Donoso como traidores por dicho tratado limítrofe, lo cierto es que el Protocolo de Río reconoce en favor del Ecuador esos 200,000 Km2 que eran territorio peruano y que Ecuador usurpa aprovechando que Perú se encontraba en guerra con Chile.
El Perú siempre había exigido que se respetara la Real Cédula de 1802 que fijaba la ubicación del territorio del Ecuador entre el mar y la cordillera occidental de los Andes, teniendo como línea limítrofe una recta perpendicular que nacía en Sucumbios y terminaba en el río Chinchipe dejando para el Perú, los territorios donde nacían todos los afluentes del Marañón. Con la firma del Protocolo de Río de Janeiro se formaliza el statu quo que regía desde 1936. Ademas el Protocolo de Rio de Janeiro impone al Perú el reconocimiento, en favor de Ecuador, de esos 200,000 km2 de territorio peruano (incluyendo el triángulo de Sucumbios) que le correspondían legalmente al Perú, según la Real Cédula del 15 de julio de 1802, y que Ecuador usurpo en 1882 mientras Perú se hallaba enfrentando la agresión chilena.
El territorio ganado por Ecuador en 1942 no solo es zona aurífera, también en el se encuentran los ricos yacimientos petrolíferos de Lago Agrio, que los ecuatorianos rebautizaron como Nuevo Loja, de donde se extraen 400 mil barriles diarios de petróleo. En dichos territorios Ecuador ha creado las nuevas provincias de Napo, Pastaza, Morona-Santiago y Zamora-Chinchipe. Por otra parte, el departamento de Piura, y concretamente la provincia de Sullana, pierde el territorio situado entre las quebradas de Pilares y el Alamor, pues antes la quebrada de Pilares no constituía límite, sino la quebrada o río Alamor.
El historiador ecuatoriano Efrén Avilés Pino en su obra “Carlos Arroyo del Río: Mártir o Traidor”, luego de una serie de análisis en torno a los argumentos de la historia oficial de su país, concluye que el Ecuador nunca fue un país amazónico, estimando la pérdida neta de territorio en 13,480 Km2; denunciando falencias y problemas internos del ejército ecuatoriano durante la guerra de 1941, reivindicando la figura del Dr. Arroyo del Río y condenando a Velasco Ibarra como uno de los principales conspiradores de la nación ecuatoriana.
Los intereses económicos que hubo detrás del conflicto
Más allá de los puntos de vista de cada país involucrado en este conflicto armado, al igual que en casi todas las guerras entre las repúblicas americanas, existieron los grandes intereses económicos de las empresas transnacionales (en este caso petroleras) esto es un "fuerte olor a petróleo".[23]
El geógrafo francés Jean Paul Deler (que ha trabajado en toda la región andina) acerca del conflicto armado Perú - Ecuador de 1941, anotó :
“ | «Existe una notable concordancia entre el trazado de la frontera de 1942 y los límites orientales de una inmensa concesión otorgada en 1937 a una filial de la Royal Dutch Shell por el gobierno ecuatoriano, en detrimento de una filial de la Standard Oil of New Jersey».[24] | ” |
Galarza Zavala afirma:
“ | La contienda de 1941 entre ambas naciones fue un conflicto ligado a los intereses petroleros de dos compañías, de las que una era inglesa y la otra norteamericana. De acuerdo con el texto, «los ecuatorianos representaban los intereses de la compañía inglesa y los peruanos los de la norteamericana».[25] | ” |
En efecto, después de 1941 el Perú dio en concesión a compañías estadounidenses las zonas limítrofes hasta donde alcanzaron sus tropas en aquel conflicto, y donde está ahora el trazado de la frontera.[26]
Véase también
Referencias y notas
- ↑ Jorge Basadre Grohmann: Historia de la República del Perú (1822 - 1933), 18 tomos. Editada por la Empresa Editora El Comercio S. A. Lima, 2005, tomo 2, p. 23.
- ↑ Basadre 2005, tomo 2, p. 24.
- ↑ Basadre 2005, tomo 5, pp. 148-149.
- ↑ Basadre 2005, tomo 5, p. 149.
- ↑ Basadre 2005, tomo 5, pp. 150-154.
- ↑ Basadre 2005, tomo 5, p. 157.
- ↑ Basadre 2005, tomo 10, p. 214-215.
- ↑ Basadre 2005, tomo 10, p. 215-217.
- ↑ Basadre 2005, tomo 12, p. 190-191.
- ↑ Basadre 2005, tomo 12, pp. 246-249.
- ↑ Gran Historia del Perú 2000, pp. 256-257.
- ↑ Gran Historia del Perú 2000, p. 257.
- ↑ Coronel EE Luís A. Rodriguez S., La Agresión Peruana Documentada, 2ª Edición, pp. 167-168. Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1955.
- ↑ Revista de la Guardia Civil del Perú, Año XLV, Nº 368, Julio-Agosto de 1977, artículo: La Guardia Civil en la Campaña de 1941 por el General de División EP (R) Carlos A. Miñano Mendocilla.
- ↑ Historia Militar del Perú, Ejército del Perú - Escuela Superior de Guerra, enero 1980, Chorrillos - Perú.
- ↑ Coronel Luis A. Rodriguez, op. cit.
- ↑ Colección Documental del Conflicto y Campaña Militar con el Ecuador en 1941. Volumen III, pp. 773-774.
- ↑ Luis Humberto Delgado, Las Guerras del Perú. Campaña del Ecuador: Grandeza y Miseria de la Victoria, p. 79. Lima, Ed. Torres Aguirre, 1944.
- ↑ El Batallón de Asalto de la Guardia Civil participa en la campaña militar del norte de 1941 a solicitud del Teniente Coronel EP Carlos Miñano Mendocilla, Primer Jefe del 5to. de Infantería, hecha al alto mando del Ejercito comandado por el General de Brigada EP Eloy Ureta, Comandante General del Agrupamiento Norte, y al gobierno del Presidente Manuel Prado. Miñano juzgaba necesaria para la toma la ciudad de Machala, capital de la Provincia ecuatoriana del Oro, la intervención de los Guardias de Asalto de la Guardia Civil, de lo contrario, el se negaba, si su solicitud no era aceptada, a tomar por asalto dicha ciudad, pues el necesitaba que el Batallón de Asalto de la Guardia Civil actuara como preboste, poniendo orden y disciplina en las tropas peruanas, y que interviniera ademas como fuerza combatiente. El Batallón de Asalto GC, integró la Primera División Ligera del Ejercito Peruano y con sus motocicletas blindadas, al lado de los tanques, tomo por asalto Machala, acción militar que no solo obliga a Ecuador a solicitar la paz al Perú sino que ademas trae como consecuencia la intervención de Estados Unidos, Brasil y Argentina en calidad de mediadores. La bandera de guerra del Batallón de Asalto GC fue condecorada por esta acción por el Congreso de la República.
- ↑ Rodríguez Asti John, Las Operaciones Navales durante el Conflicto con el Ecuador de 1941: apuntes para su historia, p. 44. Lima, Dirección de Intereses Marítimos e Información, 2008.
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- ↑ Galeano, Eduardo (2006). Las venas abiertas de América Latina. Editorial Siglo XXI. ISBN 968-23-2557-9.
- ↑ Deler, Jean Paul (1987). Ecuador: Del espacio al Estado Nacional. Ed. Banco Central del Ecuador.
- ↑ Galarza Zavala, Jaime (1972). El festín del petróleo. Ediciones Solitierra.
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Bibliografía
Peruana
- Luis Humberto Delgado, Las Guerras del Perú. Campaña del Ecuador: Grandeza y Miseria de la Victoria, Lima, Ed. Torres Aguirre, 1944.
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- Batalla de Zarumilla, Primer Escuadrón del Regimiento de Caballería Nº 5, Objetivo Chacras, por el Teniente Coronel (r) Ernesto Carmelino S.
- El Conflicto Perú-Ecuador, frontera del norte, Combate de Panupali, 18 setiembre 1941, 3er. Pelotón, 2do. Escuadrón del Regimiento de Caballería “Lanceros de Torata” Nº 5, por el Mayor EP (r) Máximo Pimentel Obregón, Lima, 1985.
- Félix Denegri Luna, Perú y Ecuador, Apuntes para la historia de una frontera, Lima - Perú, 1ª edición, enero 1996, Bolsa de Valores de Lima, Instituto Riva-Agüero y Pontificia Universidad Católica del Perú.
- Ernesto Yepes, Mito y realidad de una frontera Perú Ecuador 1941-1949, Lima - Perú, mayo de 1996.
- Jorge Basadre Grohmann: Historia de la República del Perú (1822 - 1933), 18 tomos. Editada por la Empresa Editora El Comercio S. A. Lima, 2005. ISBN 9972-205-62-2
- Varios autores: Gran Historia del Perú. Lima, Edición Libris, 2000. Publicada por fascículos por la Empresa Editora El Comercio S.A.
Ecuatoriana
- Coronel EE Luís A. Rodriguez S., La Agresión Peruana Documentada, 2ª Edición, Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1955.
- Guillermo Noboa, Pueblo y soldados de mi patria, Biblioteca Militar Ecuatoriana, Volumen Nº 10, Quito - Ecuador 1960.
Enlaces externos
Peruanos
- El conflicto armado de 1941 entre Ecuador y Perú.
- El inicio del conflicto de 1941.
- La Batalla de Zarumilla según el Agrupamiento del Norte.
- La guerra con Ecuador.
- La guerra con el Ecuador en 1941.
- Perú: Imágenes inéditas de la guerra con Ecuador en 1941 (FOTOS).
- Perú: Video Alerta en la frontera (1941).
- Revista Caretas, Sección Controversias, Las Fronteras Naturales, por Fernando Rospigliosi.