Matanza de Atocha de 1977

Memorial de las víctimas.

La Matanza de Atocha de 1977 fue un atentado realizado por la extrema derecha en el centro de Madrid la noche del 24 de enero de 1977.

El comando entró en un despacho de abogados en derecho laboral de Comisiones Obreras (CC.OO.) y militantes del Partido Comunista de España (PCE), situado en el número 55 de la calle de Atocha, abriendo fuego contra los allí presentes, matando a cinco personas y dejando cuatro heridos.

Ese mismo día también resultó muerta María Luz Nájera Julián en una manifestación.

Víctimas

Mortales

Nombre	Edad	Ocupación
Luis Javier Benavides Orgaz	26	Abogado
Serafín Holgado de Antonio	27	Abogado
Ángel Rodríguez Leal	25	Sindicalista
Francisco Javier Sauquillo Pérez del Arco	29	Abogado
Enrique Valdevira Ibáñez	34	Abogado

Heridos

Imagen	Nombre	Ocupación
	Dolores González Ruiz	Abogada
	Luis Ramos Pardo	Abogado
	Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell	Abogado
	Miguel Sarabia Gil	Abogado

Memoria

Monumento situado en la plaza de Antón Martín, en Madrid.

Cada 24 de enero se realizan actos en su memoria. En más de 30 pueblos de la Comunidad de Madrid existen calles, parques, plazas o monumentos dedicados a las víctimas.^[1]

Portada del libro "La matanza de Atocha" (2016)

En 2016, los periodistas Jorge M. Reverte e Isabel Martínez Reverte publicaron el libro "La matanza de Atocha".^[2]

Madrid, 24 de enero de 1977. Cinco muertos y varios heridos es el terrible balance de un atentado terrorista contra un despacho de abogados laboralistas cometido en la calle Atocha de Madrid por un comando de extrema derecha. Los fallecidos son los abogados Luis Javier Benavides, Francisco Javier Sauquillo y Enrique Valdelvira; el estudiante Serafín Holgado y el administrativo Ángel Rodríguez Leal. Los heridos, todos graves, Miguel Sarabia, Alejandro Ruiz Huerta, Luis Ramos y Dolores González Ruiz.

Casi cuarenta años después de la matanza, en la plaza de Antón Martín, una escultura en bronce del pintor Juan Genovés recuerda a los asesinados. Se llama El Abrazo. El lugar es simbólico: a unos metros está la casa donde ocurrió todo. Igual que esa escultura, este libro ―en el que Jorge M. Reverte e Isabel Martínez Reverte han hecho una exhaustiva investigación y una brillante recreación de los hechos―, pretende ser un recordatorio y un homenaje a aquellos jóvenes a los que arrebataron la vida por luchar por sus ideales y por una España que estaba creando su futuro.