Conflicto armado Perú-Ecuador de 1941

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El conflicto armado Perú-Ecuador de 1941, llamado por los peruanos Campaña Militar del Norte y del Nororiente de 1941 y llamado por los ecuatorianos Guerra del 41, fue un conflicto armado, porque no hubo declaración oficial de guerra entre los países beligerantes Perú y Ecuador. Comienza el 5 de julio de 1941 y termina el 12 de febrero de 1942 con la desocupación, hecha por las tropas peruanas, de la provincia ecuatoriana de "El Oro". El problema de límites fue resuelto el 29 de enero de 1942 con la firma del Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro.

Ecuador acusó al Perú de haber invadido su territorio sin embargo Perú rechazó la acusación ecuatoriana afirmando que la entrada de sus tropas en territorio ecuatoriano no fue invasión sino una acción de represalia reconocida en el derecho internacional ya que esta tuvo como objetivo obligar a Ecuador manu militari a respetar los derechos del Perú sobre las provincias de Tumbes, Jaén y Maynas, los cuales jurídicamente están respaldados por la Real Cédula del 15 de julio de 1802, el Uti Possidetis Juris de 1810 y el principio de la libre determinación de los pueblos (en el caso de la provincia de Jaén de Bracamoros que por este principio, desde su independencia, decidió ser parte del Perú) y que Ecuador se negaba a reconocer.

Durante este conflicto las fuerzas armadas peruanas ocuparon militarmente las siguientes provincias (cantones) ecuatorianas:

Costa: Provincia de El Oro y Puerto Bolívar ejerciendo el Perú un bloqueo marítimo sobre la ciudad de Guayaquil el principal puerto comercial y base naval del Ecuador. Sierra: Una parte menor de la Provincia de Loja y de Zamora-Chinchipe.

En la Selva las fuerzas armadas del Perú reivindicaron para el Perú: Sucumbios, Napo y Pastaza en las partes que corresponden a la antigua Gobernación de Quijos que, según la Real Cédula del 15 de julio de 1802, pasó al Virreinato del Perú y que Ecuador ocupó aprovechando que Perú enfrentaba a Chile en la guerra del guano y del salitre de 1879.

Las fuerzas armadas peruanas gobernaron y restablecieron el orden, así como las actividades comerciales y de telecomunicaciones, en los territorios ocupados por estas.

Contenido

Antecedentes

Históricos

La frontera entre Perú y Ecuador ha sido desde 1840 una zona de tensión aunque muchos años antes, entre 1828 y 1829, ocurrió una guerra entre el Perú y la Gran Colombia causada por el interés de Bolívar por la posesión de las provincias peruanas de Tumbes, Jaén y Maynas, esta guerra acabó sin que Bolívar pudiera alcanzar su objetivo de anexar para la Gran Colombia los territorios peruanos que pretendía habiendo quedado la frontera en Statu quo ante bellum.

En mayo de 1830 se disuelve la Gran Colombia desmembrándose en tres países: Ecuador, Colombia y Venezuela. De estos tres países Ecuador y Colombia limitaron con el Perú y en consecuencia Perú tuvo que enfrentar problemas limítrofes con ellos. Debido a que la Real Cédula de 1802 dispuso la reintegración de los obispados de Maynas y Quijos al Virreinato del Perú separándolos de la Real Audiencia de Quito, Ecuador en 1840, diez años después de la disolución de la Gran Colombia, presentaría un desacuerdo de límites con el Perú, siendo su disconformidad con la Real Cédula de 1802 el motivo pretextado por Ecuador para dar comienzo a un largo conflicto fronterizo con el Perú.

Pero Ecuador no solo tendría disputas con el Perú, sino que también las tendría con Colombia que era el otro país con interés en la zona amazónica.

El surgimiento de Ecuador

Ecuador surge como estado independiente el 13 de mayo de 1830 luego de la disolución de la Gran Colombia, formándose sobre la base de los territorios de la antigua Audiencia de Quito, más Guayaquil. Ecuador el 23 de septiembre de 1830 adopta una constitución política, según la cual comprendía las provincias de Azuay, Guayas y Quito, con una superficie de 159,876 km2 de territorio costeño y de sierra solamente, no habiendo hecho reclamos sobre Tumbes, Jaén y Maynas, que pertenecían al Perú sobre la base del principio del Uti Possidetis y de la libre determinación de los pueblos.

El Tratado Pando-Noboa

El primer tratado celebrado entre el Perú y Ecuador fue el Tratado Pando-Noboa, suscrito el 12 de julio de 1832, en Lima y con el título de "Amistad, Alianza y Comercio", por el ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores del Perú, José María Pando, y el ministro plenipotenciario de Ecuador, Diego Noboa (mas tarde presidente de Ecuador). En el Tratado de Amistad se disponía que mientras se celebra un convenio sobre arreglo de límites, se reconocerán y aceptarán los actuales, es decir se reconocían y se respetaban los límites vigentes entre ambas naciones, según el statu quo de 1829.

La guerra peruano-ecuatoriana de 1857-1860

Durante 1857 Ecuador intentó saldar su deuda de la Independencia con sus acreedores ingleses otorgándoles territorios peruanos en la Amazonía, más precisamente en la zona de los ríos Pastaza y Bobonaza. Ante ello, el ministro plenipotenciario peruano en Quito, señor Juan C. Cavero, protestó firmemente ante el gobierno ecuatoriano. Gobernaba entonces en el Perú el mariscal Ramón Castilla. El Ecuador se negó a romper el convenio con los británicos, por lo que se produjo el rompimiento de las relaciones diplomáticas peruano-ecuatorianas. Por ley del 26 de octubre de 1858 el Congreso peruano autorizó al gobierno a emplear toda medida, inclusive la guerra, para obtener satisfacciones por parte del Ecuador. En virtud de dicha autorización, Castilla ordenó el bloqueo de toda la costa ecuatoriana. La escuadra de la Marina de Guerra del Perú, al mando del vicealmirante Ignacio Mariátegui y Tellería bloqueó el puerto de Guayaquil y obligó al jefe de dicha plaza, general Guillermo Franco Herrera a firmar un armisticio. Castilla decretó entonces el fin del bloqueo de la costa ecuatoriana.[10] Todas estas medidas apaciguadoras de parte del Perú proponían la creación de un ambiente propicio para un arreglo pacífico del conflicto, pero al no darse ello, partió el mismo Castilla al frente de una expedición de 15 buques y 6,000 soldados, los cuales desembarcaron en las inmediaciones de Guayaquil y se posesionaron de las alturas de Mapasingue, al sur de dicho puerto (25 de noviembre de 1859). Castilla se proponía entablar negociaciones con el gobierno ecuatoriano para solucionar de una vez el conflicto, pero se halló ante el inconveniente de que en el Ecuador se había desatado la guerra civil y la anarquía, habiéndose establecido en dicho país hasta cuatro gobiernos provisorios, que se disputaban el poder. El presidente peruano se entendió con la facción ecuatoriana más importante, la que encabezaba el general Guillermo Franco, que había establecido un gobierno de facto en Guayaquil y dominaba gran parte de la costa. Castilla solicitó a Franco que se le dieran cuarteles en la misma Guayaquil, pedido que le fue concedido, en la parte norte de la ciudad. Fue así como el ejército peruano entró en Guayaquil, el 7 de enero de 1860. Luego, los representantes de Castilla y Franco firmaron el Tratado de Mapasingue, el 25 de enero, en la localidad del mismo nombre. Bajo los términos de este tratado, el Ecuador declaró nula la venta de territorios peruanos a los acreedores británicos, reconoció la validez de la Real Cédula de 1802 y el uti possidetis de 1810 y convino en demarcar sus límites, comprometiéndose a integrar una comisión bipartita con el Perú. Luego de firmado el tratado, las fuerzas armadas peruanas abandonaron Ecuador y regresaron al Perú. Así culminó esta guerra, en la que no hubo grandes encuentros bélicos, ya que al Perú solo le bastó desplegar su poderío para obtener las satisfacciones de parte de Ecuador.[11] Sin embargo, a menos de dos años de la firma de este tratado, el general Franco fue derrotado por el general Juan José Flores, al servicio del presidente Gabriel García Moreno (con sede en Quito), y el gobierno ecuatoriano procedió a desaprobar el tratado, ratificando solo lo concerniente a la derogación del convenio con los británicos (1860). Por su parte, el Congreso peruano, ya en el gobierno de Miguel de San Román, también desaprobó el tratado (1863).

Avance ecuatoriano sobre Tumbes es rechazado

El 17 de junio de 1882 el coronel ecuatoriano Levón, aprovechando que Perú enfrentaba a Chile en la guerra del guano y del salitre, cruzó el río Zarumilla y en el sitio denominado bosques de La Condesa, enfrenta a los soldados peruanos del gobernador político y militar de Tumbes, don Jacinto Seminario Fernández, quien, con sus hombres, consiguió repeler el avance ecuatoriano, quedando sin embargo gravemente herido e inválido por el resto de su vida.

La Convención Arbitral de 1887

En 1887, Ecuador revivió su plan de 1857 de ceder como pago a sus acreedores británicos grandes extensiones de tierras en la Amazonía peruana. La diplomacia peruana logró detener este proyecto y firmó con los representantes ecuatorianos, el 1 de agosto de ese mismo año, un convenio por el cual la cuestión de límites fue sometida al arbitraje del Rey de España.

El Tratado García-Herrera

En 1889, el comisionado especial del Perú en España, Dr. José Pardo y Barreda, presentó al Rey de España el Alegato del Perú, notable estudio jurídico de la cuestión que desde entonces fue el baluarte de la defensa peruana en ese pleito de límites. Pero representantes del gobierno peruano de Andrés A. Cáceres quisieron resolver de manera directa el asunto y suscribieron con el gobierno ecuatoriano en Quito el Tratado García-Herrera, llamado así porque lo suscribieron Arturo García (peruano) y Pablo Herrera (ecuatoriano), el 2 de mayo de 1890, por el cual el Perú conservaba Tumbes y Jaén, pero cedía una gran parte de Maynas al Ecuador. El Congreso ecuatoriano se apresuró a aprobar dicho tratado, pero el Congreso peruano, bajo presión de los representantes amazónicos, no quiso aprobarlo a menos que se hagan modificaciones en la línea trazada. Ecuador no aceptó ninguna revisión del Tratado, mientras que el Congreso peruano se mantuvo inflexible en su posición. El Tratado fue finalmente declarado insubsistente por Ecuador.

Los incidentes de Angoteros y de Torres Causana

Al iniciarse el siglo XX, sucedieron incidentes en la frontera, debido a la persistencia de Ecuador en querer ocupar territorios peruanos. El 26 de junio de 1903 ocurrieron choques armados en Angoteros, en la zona del río Napo, originados por el avance de un destacamento ecuatoriano en territorio peruano, el cual fue rechazado por las tropas peruanas al mando del Capitán EP Juan Chávez Valdivia. Este incidente revivió la necesidad de llegar a un acuerdo, por lo que, el 16 de febrero de 1904, ambas partes acordaron continuar el juicio arbitral ante el Rey de España. Otro incidente armado ocurrió poco después, esta vez en Torres Causana, el 28 de julio de 1904, donde una vez más los peruanos rechazaron un avance ecuatoriano sobre su territorio.

El arbitraje frustrado del Rey de España

La tensión más grave estalló en 1910, cuando el Ecuador, gobernado entonces por el presidente ecuatoriano Eloy Alfaro, se negó a aceptar el laudo arbitral del rey de España Alfonso XIII, que aún no se emitía, pero cuyo contenido, debido a una infidencia, se llegó a conocer. Creyendo erróneamente Ecuador que este fallo era contrario a sus intereses, la prensa ecuatoriana inició una violenta campaña para desprestigiar dicho arbitraje. El 3 y 4 de abril de 1910 hubo graves atropellos contra las legaciones peruanas en Quito y Guayaquil. Alfaro movilizó a su país al grito de Tumbes-Marañón o la Guerra, mientras que el presidente peruano Augusto B. Leguía decretó también la movilización de su ejército y puso en pie de guerra a 23,000 hombres, pero la intervención de Estados Unidos, Brasil y Argentina evitó el estallido de la guerra (22 de mayo de 1910). Ante la actitud ecuatoriana, el rey de España se inhibió a pronunciar sentencia, por lo que el problema limítrofe quedó pendiente.

El Tratado de límites Salomón-Lozano

En 1922 se firma el Tratado de límites Salomón-Lozano entre Perú y Colombia quedando definitivamente delimitada la frontera entre ambos países, pero Ecuador no vio con agrado dicho tratado porque consideraba que lesionaba sus pretensiones de acceso soberano al río Amazonas.

El Protocolo Castro Oyanguren-Ponce

Habiendo fracasado, por la intemperancia ecuatoriana, el intento de solucionar el litigio limítrofe peruano-ecuatoriano a través del arbitraje del rey de España, el Perú quiso llevar el asunto al Tribunal de la Haya, a lo que Ecuador se negó, pues su pretensión era entrar en arreglos directos. Ambas posiciones parecían insalvables, pero el Perú, demostrando la mejor disposición, envió a Quito sucesivamente a sus mejores diplomáticos: Víctor M. Maúrtua, Alberto Bresciani y Enrique Castro Oyanguren para gestionar un nuevo procedimiento arbitral más eficaz. Finalmente, el 21 de junio de 1924, Castro Oyanguren y el canciller ecuatoriano Alejandro Ponce Borja, suscribieron el Protocolo Castro Oyanguren-Ponce, que establecía una fórmula mixta al contencioso de límites: combinar el arbitraje internacional con la negociación directa paralela. Resolvieron que ambos gobiernos enviasen a Washington D.C. sus respectivas delegaciones para discutir allí el litigio y lo que no lograsen ponerse de acuerdo sería sometido al arbitraje del Presidente de los Estados Unidos.

El Acta de Lima

El 6 de julio de 1936 se firma el Acta de Lima en la que ambas partes fijaron una "línea de statu quo" en calidad de frontera provisional mutuamente reconocida, tomando como base los territorios que de facto poseía cada país. Dentro de dicha línea provisional, en la zona correspondiente al actual departamento peruano de Amazonas, se fijaba, como frontera natural, la Cordillera del Cóndor.

Las Conferencias de Washington

En 1936 se realizan las llamadas Conferencias de Washington en las cuales la fórmula de negociación establecida en el Protocolo Castro Oyanguren-Ponce empezó a implementarse,[17] pero estas fracasaron en 1937 debido a que el Ecuador intentó basar sus pretensiones en una falsa interpretación del Tratado Larrea-Gual de 1829, en el pseudo Protocolo Pedemonte-Mosquera y en una peculiar interpretación del uti possidetis de 1810. Poco después, los ecuatorianos realizarían acciones violatorias del statu quo de 1936.

Inmediatos

Entre los antecedentes inmediatos está la violación del Statu Quo de 1936 hecha por el ejército ecuatoriano al realizar este una serie de incursiones en la región amazónica que Ecuador pretendía como suya. Ante estas incursiones, el Perú, como respuesta, estableció una línea nutrida de puestos fronterizos, produciéndose roces y escaramuzas entre las patrullas militares de ambos países. Los ecuatorianos habían realizado incursiones e incluso ocupado territorio peruano en la provincia de Zarumilla y ante estos hechos, el gobierno del Perú, presidido por el Dr. Manuel Prado Ugarteche, el 11 de enero de 1941 ordenó la formación del Agrupamiento del Norte que tendría a su cargo el Teatro de operaciones del Norte.

El conflicto

Inicio

El conflicto entre Perú y Ecuador comenzó el sábado 5 de julio de 1941 habiendo ocurrido los primeros enfrentamientos desde las 10.30 horas de la mañana de ese día siendo disimiles las versiones respecto a su origen.

La versión ecuatoriana, según el coronel ecuatoriano Luis A. Rodríguez S., comandante en jefe de las fuerzas ecuatorianas de la provincia de El Oro durante el enfrentamiento, expone que los incidentes del 5 de julio se iniciaron cuando una patrulla fronteriza ecuatoriana encontró a algunos civiles peruanos, protegidos por policías, limpiando de vegetación un terreno en el lado ecuatoriano del río Zarumilla. Al divisar a la patrulla ecuatoriana, los policías peruanos abrieron fuego y mataron a dos soldados ecuatorianos (Emboscada de Bramador), a esto siguió un intercambio de disparos entre las tropas ubicadas a ambos lados de la frontera, a la vez que dos oficiales ecuatorianos fueron enviados a Aguas Verdes para hablar con el oficial al mando. Ellos fueron advertidos por las autoridades peruanas de volver a sus líneas.[23]

La versión peruana sobre el origen del conflicto la encontramos en el Parte que redactara el Alférez de la Guardia Civil del Perú Miguel Bocángel Cuadros[24][25], a la sazón Jefe del Puesto de la Guardia Civil del Perú establecido en la localidad de Aguas Verdes, población peruana ubicada frente a Huaquillas, en los términos siguientes:

Parte oficial del Alférez Miguel Miguel Bocángel Cuadros

Tengo el honor de dar cuenta a Ud., que siendo las diez de la mañana del día de hoy, me dirigí hacia la chacra fronteriza de Jacinto Orellana Becerra, en vista de informes dados por este, que los ecuatorianos habían puesto un cerco alambrado en nuestro territorio, llevando para el efecto una pareja de guardias armados. Llegados al mencionado lugar, que se halla a unos 500 metros del Noroeste del cuartel, ordené que Orellana y sus dos menores hijos deshicieran el mencionado cerco; cuando a los 25 minutos se presentaron dos soldados ecuatorianos armados que al verme se detuvieron, entonces les hice ver que ese cerco puesto por ellos estaba en territorio peruano y respondieron no saber al respecto, regresando seguidamente, pasando al Ecuador. Presumiendo que iban a comunicar a los suyos del hecho y quizás regresasen con refuerzo, mandé al cuartel a uno de los hijos de Orellana para que el cabo Humberto Chacón Santa Cruz, viniera con un fusil ametrallador y seis hombres armados, los que llegaron a poco rato; estableciendo con estos un servicio de vigilancia en aquel sector, dándoles por consigna que hicieran fuego a mi voz o cuando ellos fueran atacados por el enemigo.

Transcurrieron más o menos media hora, estando cada uno en su puesto sentimos voces de varios hombres que habían pasado hacia nuestro territorio y por la espesa vegetación, no se les podía distinguir, pero como éstos se dirigían hacia un descubierto, esperamos que salieran con el propósito de capturarlos y en este instante, tres soldados ecuatorianos avistaron, entre unas yerbas, al guardia Luis Manyare Sosa, proveedor del fusil ametrallador contra quien hicieron una descarga a una distancia de 30 metros, al que de inmediato respondió el fusil ametrallador, mosquetón y los fusiles nuestros, habiéndose constatado la caída de dos de los atacantes. Continuando así el tiroteo, notamos más fusilería de parte ecuatoriana y dando el tiempo transcurrido de unos 30 minutos y la posibilidad de ser copados, dispuse que abandonaran sus puestos, saliendo hacia el cuartel, donde nuevamente nos emplazamos en trinchera y ya con la ayuda de otro fusil y el resto del personal del puesto, haciendo un efectivo de 14 hombres y el auxiliar Enrique Guinet, quien trasmitía y comunicaba todo lo acontecido a Zarumilla, a más de cooperar directamente con nosotros. En este estado y en el tiroteo que no cesaba, se presentó el capitán D. Conrado Ruiz Oliva, con un fusil ametrallador en compañía del sargento 1° Ugaz, guardias Torres, Rivera, Berróspide, Arévalo y Zacarías, más o menos a las once y media; estableciéndose en la orilla del río Bolsico, en cuya circunstancia vimos que de Huaquillas, levantando pañuelos blancos, venían tres oficiales ecuatorianos y al sentir que cesamos en disparar, comenzaron con un fuego más nutrido contra nosotros, haciendo uso de sus cañones, dos de cuyos proyectiles hizo impacto en el cuartel, sin mucho perjuicio material, menos personal.

Serían más o menos las once y cuarenta y cinco, se presentó el subteniente Augusto Rosas García del Destacamento B.I. (Batallón de Infantería) 5 con 20 hombres y 2 fusiles ametralladoras, el que se emplazó en una trinchera inmediata al cuartel. Con dichos refuerzos, continuamos el tiroteo con más intensidad, notándose de la otra parte, disparos de cañones que contaron seis, los que no causaron daño alguno. A los 40 minutos de tiempo, cesaron por completo los fuegos ecuatorianos, habiendo izado una bandera de la Cruz Roja y una blanca que la sacaron después, respondiendo a este hecho con el fuego al que ya no respondieron, continuando de tiempo en tiempo con los fuegos de hostigamiento, se probó que ya no respondían; permaneciendo así todo el personal en sus puestos. Sería las catorce horas en que se sintió seis disparos de mortero de 81 mm, los que explotaron en territorio ecuatoriano, los mismos que fueron disparados desde el puente del río “Piedritas”, donde oportunamente emplazó la pieza el capitán D. Julio Diez Quiñones, Jefe del Destacamento B.I. N° 5, a los que tampoco respondieron. A esta misma hora, recibí orden del cmdte. Odría, Jefe del EM de la 1ª División, que nos mantuviéramos en nuestros puestos de combate, orden que se cumplió estrictamente hasta la fecha, con las precauciones que el caso requiere.

Como consecuencia del tiroteo, que duró más o menos hasta las 16 horas, hago constar a Ud. Que son dos perforaciones de cañón en el local del cuartel, impactos en las puertas y prendas de vestir del personal, cuyos fragmentos puse a su disposición oportunamente. No es demás comunique a Ud. que el personal a mis órdenes sargento 1° Julio Bendezú Medina, cabo Humberto Chacón Santa Cruz, guardias César Cáceres Velarde, Anamías Serrano Cubas, Luis Manyarí Soga, Rosendo Guzmán Arce, Antonio Mendoza Ruiz, Agustín Soto Pareja, Guillermo Chávez Romero, Neptalí Valderrama Ampuero, Daniel Vela Olórtegui, Valeriano Durán Valdivia, José Espejo Barboza y Juan Chávez Reyes, han demostrado toda su voluntad, decisión en el peligro, de cuya actuación me siento enaltecido, ya que llegada la hora saben cumplir conscientemente sus deberes.

Para el mantenimiento de nuestras posiciones, se ha organizado un servicio de patrullaje y vigilancia, con los 46 hombres que han quedado a ordenes del subteniente Rosas y el personal del Puesto, habiéndose retirado el resto de las tropas a Zarumilla por orden superior, manteniéndose en esta situación y atrincherados hasta nueva orden.

Lo que cumplo en comunicar a Ud. para su superior conocimiento y fines.

Aguas Verdes, 5 de julio de 1941. EL JEFE DE LÍNEA

Alf. Miguel Bocángel Cuadros

Este ataque ecuatoriano, realizado por tropas del Batallón de Infantería Nº 11 "Cayambe" del Ejército de Ecuador que, procedentes de la localidad de Huaquillas, pueblo ecuatoriano ubicado en el lado norte del río Zarumilla el cual servía como línea fronteriza del statu quo entre ambos países, cruzaron al lado peruano, sería continuado por otro, ejecutado por estas tropas, seguidas por 200 hombres armados, a los puestos fronterizos peruanos de La Palma, El Porvenir, Lechugal, Quebrada Seca y Matapalo. La Guardia Civil del Perú del Puesto de Aguas Verdes, que contaba con medios limitados de combate, por más de 30 minutos se enfrentó al enemigo y contuvo su avance. Ante ello, los peruanos respondieron enviando una Sección de Fusileros-Cazadores, del Batallón de Infantería "Zarumilla" Nº 5, a Aguas Verdes que rechazaron a los ecuatorianos los cuales se retiraron a su territorio al otro lado del río. La lucha se esparció a lo largo de toda la frontera establecida por el río Zarumilla. El 6 de julio, la Aviación Peruana de Combate realizó ataques aéreos contra los puestos fronterizos ecuatorianos a lo largo del río.

Bibliografía

Peruana

  • Luis Humberto Delgado, Las Guerras del Perú. Campaña del Ecuador: Grandeza y Miseria de la Victoria, Lima, Ed. Torres Aguirre, 1944.
  • Eloy G. Ureta, Apuntes sobre una Campaña (1941).
  • Teniente Coronel EP Rómulo Zanabria Zamudio, La Campaña de 1941 (Perú-Ecuador).
  • Teniente Coronel EP Rómulo Zanabria Zamudio, Luchas y victorias por la definición de una frontera, Editorial Jurídica S.A., Lima - Perú, 1969.
  • Capitán EP Humberto Araujo Arana, Antecedentes y choques fronterizos, ocupación y desocupación peruana de territorio ecuatoriano en 1941-1942, 4 tomos.
  • General EP Miguel Monteza Tafur, El Conflicto Militar del Perú con el Ecuador (1941), Editorial Universo, Lima - Perú, 1966.
  • Capitán de Fragata AP (r) Salvador Mariátegui y Cisneros, Conflicto Peruano Ecuatoriano de 1941, Lima, 1968.
  • General EP Felipe de la Barra, El conflicto peruano-ecuatoriano y la victoriosa campaña de 1941 en las fronteras de Zarumilla y nor-oriente, Lima, 1968, 122 páginas.
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  • Ernesto Yepes, Mito y realidad de una frontera Perú Ecuador 1941-1949, Lima - Perú, mayo de 1996.
  • Jorge Basadre Grohmann: Historia de la República del Perú (1822 - 1933), 18 tomos. Editada por la Empresa Editora El Comercio S. A. Lima, 2005. ISBN 9972-205-62-2
  • Varios autores: Gran Historia del Perú. Lima, Edición Libris, 2000. Publicada por fascículos por la Empresa Editora El Comercio S.A.

Ecuatoriana

  • Coronel EE Luís A. Rodriguez S., La Agresión Peruana Documentada, 2ª Edición, Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1955.
  • Guillermo Noboa, Pueblo y soldados de mi patria, Biblioteca Militar Ecuatoriana, Volumen Nº 10, Quito - Ecuador 1960.

Enlaces externos

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Ecuatorianos