Enredando
| Enredando | |
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| Datos básicos | |
| Tema(s) | Cultura |
| Estado | Sin datos [+] |
| Ubicación | |
| País | Sin datos [+] |
| En la red | |
Sitio(s) web  | enredando-tv.tumblr.com |
Twitter  | @_enredando |
Hashtag(s)  | #copyleft (+info), #procomún |
Facebook  | enredando.tv (página) |
Enredando es un espacio televisivo mensual sobre cultura libre que se emitirá en Tele K. En el programa, se tratarán procesos de cultura libre, colaborativos, que tienen retorno al procomún, obras y artistas copyleft (copylove) y la publicación con licencias libres (creative commons). 'Enredando' no se define como un programa alternativo sino divulgativo: se trata de mostrar con normalidad procesos existentes que no se cuentan.
| “ | Nuestro pasado ha sido una cultura libre, pero solamente lo será en nuestro futuro si cambiamos el rumbo hacia el que nos dirigimos. | ” |
| —Lawrence Lessig, 'Cultura libre' (2004) | ||
Contenido |
Historia
El día 19 de diciembre de 2012, 'enredando' publica el primer post de esta iniciativa en el que sienta las bases del programa de televisión a través de su manifiesto.[1]
| “ | Rendirse al reivindicar el poder de la cultura sería dejar ese poder a aquellos que ya lo poseen. | ” |
| —Internacional Situacionista, 5, Editorial | ||
Enredando es un programa que solo existe, por ahora, en nuestros pensamientos. Reflexión mutante, simple, cotidiana. Lo decían los situacionistas: “en una sociedad que ha aniquilado la aventura, la única aventura es aniquilar la sociedad”. Cuando criminalizar cualquier disidencia es lo habitual; ocupar el espacio público, un delito o solo es posible difundir lo que se considera correcto es preciso intervenir, actuar, fingir, gritar, bramar, llorar, reír, consolar, cuidar, amar.
Ante una cultura sometida, la única aportación artística posible es aquella que acabe con el arte y los artistas. La vitalidad es la única creación posible. Creadores, artistas, escritores, pintores, mecánicos, prostitutas, periodistas, políticos… todas formamos parte del mismo sistema productivo, todas somos cómplices de lo que está ocurriendo.
El pensamiento cambia, se transforma dando pasos a microprocesos
Enredando es solo un microproceso más, como tantos que surgen y se desarrollan en la cotidianidad, en nuestra cotidianidad. El pensamiento cambia, progresa y se convierte en formato hertziano. En cualquier cambio siempre hay un responsable a quien encumbrar o guillotinar, en este caso una televisión de barrio, pero no de un barrio cualquiera. Guerrillera y urbana ante tanta manipulación, fomentando la violencia interna de las emociones, de los sentimientos. Solo una televisión como TeleK apoyaría algo así sin pedir argumentos, conocedora que el mejor guion es aquel que pretende dar voz e imagen a quienes no las tienen.
El programa será de una hora de duración, mensual y la vocación que lo mueve es básicamente aprender. Lo haremos entre todas: hablando de cultura libre, procomún, copyleft, de procesos colaborativos, verbenas digitales, fiestas cibernéticas, conocimientos nutritivos… abierto a quien quiera enredar y enredarse con nosotras.
En un marco y una tradición cultural que desprecia lo colaborativo e impone una cultura vertical, hablaremos de procesos horizontales y participativos. A nuestro entender, estos procesos en los cuales participa e interviene ya mucha gente –y, dicho sea de paso, se han multiplicado a partir de la confluencia de átomos distribuidos con el 15M– deben ser contados, divulgados, normalizados y popularizados.
Nos preocupa la cultura basada en un modelo de intereses economicistas que se concibe únicamente como sinónimo de espectáculo y está directamente relacionada con el ocio y el entretenimiento del público (consumidor, cliente) y con el negocio de las grandes industrias culturales.
“Nuestro pasado”, dice el prefacio de la edición en español de ‘Por una cultura libre’, de Lawrence Lessig, “ha sido una cultura libre, pero solamente lo será en nuestro futuro si cambiamos el rumbo hacia el que nos dirigimos”. Lo compartimos y creemos que la dialéctica, el cómo se cuenta, es fundamental para reconducir nuestra relación con la cultura.
En Madrid estamos viviendo un momento efervescente del que somos privilegiados por poder participar. Colectivos, cooperativas, laboratorios de pensamiento y reflexión, procesos abiertos, grupos de acción, espacios autogestionados… en definitiva, cientos, miles de mentes pensantes que forman una mente colmena muy poderosa. Pero, en muchas ocasiones, el lenguaje de estos propios grupos cae también en el elitismo, en un lenguaje accesible solo a privilegiados.
Bajar de nuevo a la plaza, retornar al acto radical de compartir, escuchar la música de la calle, poder acercar la idiosincrasia del copyleft, de las licencias Creative Commons, de la mezcla y la remezcla, colaborar en un lenguaje común (más del 99%). No es nada nuevo. Es simplemente volver a la historia.
En los últimos meses se han fundado medios de comunicación cooperativos integrados por grupos reducidos de profesionales empujados por la precariedad y el desempleo. Apuestan por otros modelos independientes, buena parte de ellos utilizan licencias Creative Commons en sus contenidos. Materia, Mongolia, El Diario.es, The Reset Project, La Marea… y otros muchos que se están cocinando a fuego lento. Si el periodismo estuviera realmente al servicio de la sociedad y al del poder, debería ser íntegramente copyleft. Queremos charlar con ellos y comprender cómo esta mutando la profesión sin dejar de mirar, claro, a otros ya consolidados que llevan años manteniéndose con esta filosofía como Diagonal.
Creemos en la autoedición (musical, literaria, cinematográfica…) y somos conscientes de las precariedades que conlleva. Por eso queremos hablar con quienes están trabajando sus obras de esta manera, charlar sobre estos procesos y contarlos.
Entendemos Internet como un espacio público más en el que (co)habitamos, no como una tecnología aislada, ni neutra. Somos plenamente conscientes de su modelo autocrático y vertical, por lo que creemos en una Red transparente y democrática sin brechas digitales. Creemos, como Manuel Castells, en redes de indignación y esperanza. Lo que ocurre no se puede desligar de lo que acontece en el resto de nuestros espacios comunes. Nos preocupan las legislaciones que limitan y criminalizan a quienes comparten cultura. Leyes como la Sinde- Wert son a Internet lo que un asesinato masivo en una universidad norteamericana.
Creemos en la obra derivada. Bueno, no es que creamos en ella, es que todo producto cultural es una obra emanada de otra o de un proceso o –apurando– de una idea previa. Por eso nos motiva hablar de palabras como “piratería” o “copia” y contextualizarlas en su justa medida. Hablar de piratería o propiedad son simples trampas para no entrar en un debate más profundo. Cada individuo es un actor cultural en sí mismo y la cultura siempre debe ser libre. Sobre ello queremos hablar… y aprender.
Programas
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Referencias
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